top of page

Santa Teresita del Niño Jesús (Santa Teresita de Lisieux)

Doctora de la Iglesia

Patrona de las misiones

Fiesta: 1 de octubre

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

***************************************************************************************

"¡ Oh, Jesús, amor mío, he encontrado al fin mi vocación ! ¡Mi vocación es el Amor!… Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia y ese puesto, Dios mío, eres Tú quien me lo ha dado. En el corazón de la Iglesia, mi madre, yo seré el amor. Así lo seré todo ¡¡¡ Así mi sueño se verá realizado!!!" 

(Manuscrito B, 3 v).

"Voy a pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra".

"Mi caminito es el camino de una infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta".

"Yo nunca aconsejo nada a nadie sin haberme encomendado a la Virgen Santísima. Ella es la que hace que las palabras que digo tengan eficacia en los que las escuchan".

"Lo que me impulsa a ir al Cielo es el pensamiento de poder encender en amor de Dios una multitud de almas que le alabarán eternamente".

"Se sabe muy bien que la Santísima Virgen es la Reina del Cielo y de la Tierra, pero es más Madre que Reina".

"La Santísima Virgen me demuestra que nunca deja de protegerme. Enseguida que la invoco, tanto si me sobreviene una inquietud cualquiera, un apuro, inmediatamente recurro a ella, y siempre se hace cargo de mis intereses como la más tierna de las Madres".

SANTA TERESITA DE LISIEUX

**************************************************************************************

 

Biografía

 

Santa Teresa del Niño Jesús nació en la ciudad francesa de Alençon, el 2 de enero de 1873, sus padres ejemplares eran Luis Martin y Acelia María Guerin, ambos venerables. Murió en 1897, y en 1925 el Papa Pío XI la canonizó, y la proclamaría después patrona universal de las misiones. La llamó «la estrella de mi pontificado», y definió como «un huracán de gloria» el movimiento universal de afecto y devoción que acompañó a esta joven carmelita. Proclamada "Doctora de la Iglesia" por el Papa Juan Pablo II el 19 de Octubre de 1997 (Día de las misiones).

 

"Siempre he deseado (afirmó en su autobiografía Teresa de Lisieux) ser una santa, pero, por desgracia, siempre he constatado, cuando me he parangonado a los santos, que entre ellos y yo hay la misma diferencia que hay entre una montaña, cuya cima se pierde en el cielo, y el grano de arena pisoteado por los pies de los que pasan. En vez de desanimarme, me he dicho: el buen Dios no puede inspirar deseos irrealizables, por eso puedo, a pesar de mi pequeñez, aspirar a la santidad; llegar a ser más grande me es imposible, he de soportarme tal y como soy, con todas mis imperfecciones; sin embargo, quiero buscar el medio de ir al Cielo por un camino bien derecho, muy breve, un pequeño camino completamente nuevo. Quisiera yo también encontrar un ascensor para elevarme hasta Jesús, porque soy demasiado pequeña para subir la dura escalera de la perfección".

 

Teresa era la última de cinco hermanas - había tenido dos hermanos más, pero ambos habían fallecido - Tuvo una infancia muy feliz. Sentía gran admiración por sus padres: "No podría explicar lo mucho que amaba a papá, decía Teresa, todo en él me suscitaba admiración".

 

Cuando sólo tenía cinco años, su madre murió, y se truncó bruscamente su felicidad de la infancia. Desde entonces, pesaría sobre ella una continua sombra de tristeza, a pesar de que la vida familiar siguió transcurriendo con mucho amor. Es educada por sus hermanas, especialmente por la segunda; y por su gran padre, quien supo inculcar una ternura materna y paterna a la vez.

 

Con él aprendió a amar la naturaleza, a rezar y a amar y socorrer a los pobres. Cuando tenía nueve años, su hermana, que era para ella «su segunda mamá», entró como carmelita en el monasterio de la ciudad. Nuevamente Teresa sufrió mucho, pero, en su sufrimiento, adquirió la certeza de que ella también estaba llamada al Carmelo.

 

Durante su infancia siempre destacó por su gran capacidad para ser «especialmente» consecuente entre las cosas que creía o afirmaba y las decisiones que tomaba en la vida, en cualquier campo. Por ejemplo, si su padre desde lo alto de una escalera le decía: «Apártate, porque si me caigo te aplasto», ella se arrimaba a la escalera porque así, "si mi papá muere no tendré el dolor de verlo morir, sino que moriré con él"; o cuando se preparaba para la confesión, se preguntaba si "debía decir al sacerdote que lo amaba con todo el corazón, puesto que iba a hablar con el Señor, en la persona de él".

 

Cuando sólo tenía quince años, estaba convencida de su vocación: quería ir al Carmelo. Pero al ser menor de edad no se lo permitían. Entonces decidió peregrinar a Roma y pedírselo allí al Papa. Le rogó que le diera permiso para entrar en el Carmelo; el le dijo: «Entraréis, si Dios lo quiere. Tenía, dice Teresa, una expresión tan penetrante y convincente que se me grabó en el corazón».

 

En el Carmelo vivió dos misterios: la infancia de Jesús y su pasión. Por ello, solicitó llamarse sor Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz. Se ofreció a Dios como su instrumento. Trataba de renunciar a imaginar y pretender que la vida cristiana consistiera en una serie de grandes empresas, y de recorrer de buena gana y con buen ánimo «el camino del niño que se duerme sin miedo en los brazos de su padre».

 

A los 23 años enfermó de tuberculosis; murió un año más tarde en brazos de sus hermanas del Carmelo. En los últimos tiempos, mantuvo correspondencia con dos padres misioneros, uno de ellos enviado a Canadá, y el otro a China, y les acompañó constantemente con sus oraciones. Por eso, Pío XII quiso asociarla, en 1927, a san Francisco Javier como patrona de las misiones.


 

Santa Teresita de Lisieux Por Mons. Guy Gaucher, obispo auxialiar de Bayeux y Lisieux

 

La santidad de Santa Teresita no se basa en fenómenos extraordinarios. Se basa en "hacer de manera extraordinaria las cosas más ordinarias y corrientes".

 

Cuesta entender que la vida de Teresa Martín fuera completamente corriente porque para nosotros, Teresa Martín es hoy Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, conocida en el mundo entero, Patrona universal de las Misiones, Patrona de Francia junto a Santa Juana de Arco, Doctora de la Iglesia, etc. Pero olvidamos que pasó inadvertida para su familia, para su entorno, para el Carmelo e incluso para su padre espiritual. Ciertamente que en Lisieux se comentó que había tenido la audacia de hablar al Papa León XIII en una audiencia en Roma (un periódico nacional se hizo eco de la noticia). También se comentó que había entrado en el Carmelo a los quince años y tres meses. Pero, cuando murió desconocida en un pequeño Carmelo de Provincias, no había más de treinta personas en su entierro en el cementerio de Lisieux. Sin embargo, a su canonización en S. Pedro de Roma asistirán más de 500.000 el 17 de mayo de 1925.

 

¿Entonces?… Sí, una vida muy ordinaria y muy escondida.


 

Alençon (1873-1877)

 

Una familia cristiana en Alençon, El padre, Luis Martin, relojero-joyero, la madre, Celia Guerin, encajera. Han tenido nueve hijos de los cuales cuatro han muerto a temprana edad. Quedan cuatro hijas y he aquí que, a los cuarenta años, la madre está encinta. Teresa nace el 2 de enero de 1873. Niña alegre, vivaracha, permanece un año con Rosita Taillé, su nodriza, en Semallé (su madre no puede darle el pecho). Su vida es dichosa, llena del amor de sus padres y hermanas. La pequeña y última hija recibe de toda la familia una fe profunda, viva, generosa y llena de caridad. Todo va bien hasta que surge el drama : la madre, Celia Guerin, muere de un cáncer de pecho. Teresa tiene cuatro años y medio.

 

El golpe es muy fuerte para la pequeña que escoge a su hermana Paulina como su segunda madre, pero la herida es profunda y tardará diez años en cicatrizar.


 

Lisieux (1877-1888)

 

Con cinco hijas que educar, el Sr. Martin cede a los ruegos insistentes de su cuñado, Isidoro Guerin, farmacéutico en Lisieux. Toda la familia Martin se instala en Los Buissonnets. Teresa encuentra allí una ambiente cálido, pero los cinco años que va al colegio de la abadía de las Benedictinas, serán para ella "los cinco años más tristes de su vida". Buena alumna pero tímida, escrupulosa, sufre con los contratiempos de la vida escolar...

 

La entrada de Paulina en el Carmelo de Lisieux vuelve a abrir la herida. A los diez años, Teresa cae gravemente enferma : síntomas alarmantes de una regresión infantil, alucinaciones, anorexia. La medicina no puede hacer nada. Los familiares y el Carmelo rezan. El 13 de mayo de 1883, una imagen de la Virgen María sonríe a Teresa que es curada súbitamente.

 

Al año siguiente, el 8 de junio, su primera Comunión es para ella una "fusión" de amor. Jesús se entrega al fin a ella y ella se entrega a Èl. Piensa ya en ser carmelita. La entrada en el Carmelo de su tercera madre, su hermana María, la desestabiliza. Sufre una grave crisis de escrúpulos obsesivos, está hipersensible y "llora en exceso". Desea morir y ser liberada. Al volver de la misa del Gallo el año 1886, la gracia toca su corazón. Es una verdadera conversión que la transforma en una mujer fuerte. El Niño del pesebre, el Verbo de Dios le ha comunicado su fuerza en la Eucaristía.

 

Está decidida a luchar para entrar en el Carmelo, para salvar todos los obstáculos : su padre, su tío, el superior del Carmelo, el obispo, el Papa León XII, pues la gracia le ha abierto el corazón y quiere salvar a los pecadores con Jesús que, en la Cruz, tuvo sed de almas. Teresa, a los catorce años y medio, decide permanecer siempre al pie de la Cruz para recoger la sangre divina y dársela a las almas". Tal es su vocación de "amar a Jesús y hacerlo amar".

 

El 1887, al oír hablar de un asesino que ha dado muerte a tres mujeres en París, reza y se sacrifica por él queriendo, a todo precio, arrancarlo del infierno. Henri Pranzini es juzgado y condenado a morir guillotinado pero, en el momento de morir, besa el crucifijo. Teresa llora de alegría : su oración ha sido escuchada. Lo llama su primer hijo.

 

En su peregrinación a Italia Teresa se da cuenta de que, a pesar de lo "sublime de su vocación", los sacerdotes tienen pequeñas debilidades. Piensa que hace falta rezar mucho por ellos, porque son hombres "débiles y frágiles". Teresa comprende que su vocación no consistirá sólo en orar por la conversión de los grandes pecadores, sino también en rezar por los sacerdotes. En el curso de esta peregrinación pide al Papa poder entrar en el Carmelo a los quince años. Respuesta evasiva, "un fiasco", pero el 9 de abril de 1888, Teresa deja para siempre a su padre, a sus hermanas, a su familia, los Buissonnets, a su perro Tom…


 

En el Carmelo Un camino de soledad
(1888-1897)

 

Se siente feliz al estar para siempre en el Carmelo, "prisionera" con Èl… y con 24 hermanas. La vida comunitaria, el frío la oración a menudo en sequedad, la soledad afectiva (aunque esté con sus dos hermanas mayores). Todo lo soporta con ilusión. Su más grande sufrimiento será la enfermedad de su amado padre, internado en El Buen Salvador de Caen, hospital para enfermos mentales. Nuevo drama familiar para Teresa que profundiza en la oración con "el Siervo doliente" de Isaías, 53, en la Pasión de Jesús. Pero el clima espiritual de su Carmelo, marcado por el temor a un Dios a quien se ve sobre todo como un Dios justo, le pesa. Aspira al amor cuando lee la "Llama de amor viva" de S. Juan de la Cruz. En 1891 -- tiene 18 años - un sacerdote la lanza "sobre las olas de la confianza y del amor" sobre las cuales no se atrevía a avanzar, retenida en este camino audaz, incluso por su hermana Paulina, la Madre Inés de Jesús que será elegida priora el 1893.

 

Su padre, que había regresado con su familia desde el Buen Salvador de Caen, muere en 1894 Celina, que le había cuidado, entra en el Carmelo.

 

En esta época es cuando la joven hermana Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz (tal es su verdadero nombre, resumen de su vocación) descubre, después de años de búsqueda, el camino que va a transformar su vida. Teresa recibe la gracia de profundizar en la Paternidad de Dios que nos es otra coas que Misericordia y Amor (expresadas en su Hijo Jesús, hecho hombre. La vida cristiana no es otra cosa que la vida de un hijo del Padre - hijo en el Hijo - inagurada en el bautismo y vivida en una confianza absoluta. "Si no volvéis a ser como niños no entraréis en el reino de los cielos" (Mt 18, 3). Por suerte, M. Inés de Jesús le ordena escribir sus recuerdos de infancia. Teresa obedece y escribe 86 páginas en un cuadernito. En su tiempo, algunas almas escogidas se ofrecían como víctimas a la Justicia divina. La "débil e imperfecta Teresa" se ofrece al Amor Misericordioso el día 9 de junio, en la misa de la Santísima Trinidad.

 

Este don total "la renueva", quema todo pecado en ella. En septiembre de 1896, Teresa experimenta que su hermosa vocación ("carmelita, esposa y madre") no le basta. En sus oraciones siente grandes deseos de ser sacerdote, diácono, profeta, doctor, misionero, mártir… Pero pronto encuentra su vocación al leer un pasaje de S. Pablo sobre la caridad (I Cor, 13). Todo queda claro para ella y puede escribir Este don total "la renueva", quema todo pecado en ella. En septiembre de 1896, Teresa experimenta que su hermosa vocación ("carmelita, esposa y madre") no le basta. En sus oraciones siente grandes deseos de ser sacerdote, diácono, profeta, doctor, misionero, mártir… Pero pronto encuentra su vocación al leer un pasaje de S. Pablo sobre la caridad (I Cor, 13). Todo queda claro para ella y puede escribir ¡ Oh, Jesús, amor mío, he encontrado al fin mi vocación ! ¡Mi vocación es el Amor!… Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia y ese puesto, Dios mío, eres Tú quien me lo ha dado. En el corazón de la Iglesia, mi madre, yo seré el amor. Así lo seré todo ¡¡¡ Así mi sueño se verá realizado !!! (Manuscrito B, 3 v). Cada vez más atormentada por la inquietud de que los pecadores no conozcan este amor misericordioso de Dios, en Pascua de 1896, entra en una noche oscura en la que su fe y su esperanza combaten. Mientras tanto, una tuberculosis mina su salud y la debilita. Teresa emplea sus últimas fuerzas en enseña "su camino de infancia espiritual" a las cinco novicias que tiene a su cargo y a sus hermanos espirituales, sacerdotes y misioneros en África y China.

 

Viviendo esta compasión en unión con Cristo en Getsemaní y en su Cruz, agotada por las hemoptisis, guarda su sonrisa y su exquisita caridad para animar la moral de sus hermanas, consternadas al verla morir llena de atroces sufrimientos. Por obediencia continúa, hasta el agotamiento, la redacción de sus recuerdos en los cuales, con una verdad transparente, "canta las misericordias del Señor" en su corta vida. Pidiendo "hacer el bien en la tierra después de su muerte, hasta el fin del mundo", profetizando humildemente que su misión póstuma sería enseñar su caminito a las almas y "pasar su cielo haciendo el bien en la tierra", muere el 30 de septiembre 1897.

 

Un año después de su muerte se publica un libro a partir de sus escritos : Historia de una Alma, que va a conquistar al mundo y dará a conocer a esta joven religiosa que había amado a Jesús" hasta morir de amor". Una vida escondida iba a iluminar el mundo. Y esto dura ya más de cien años…


 

El Papa San Juan Pablo II proclama a Santa Teresita de Lisieux, Doctora de la Iglesia

 

El pontífice la considera uno de los más «grandes maestros de la espiritualidad»

 

CIUDAD DEL VATICANO, 19 oct. 97 - Eran las diez de una espléndida mañana de octubre en la plaza de San Pedro. San Juan Pablo II ante unos 70 mil fieles, ante 16 cardenales y numerosos obispos, ante una delegación oficial francesa y ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, declaraba doctora de la Iglesia universal a Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, una muchacha normanda que murió a los 24 años de edad y que nunca pisó un aula universitaria.

 

Con este título el pontífice reconoce que la doctrina propuesta por Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz puede ser un punto de referencia para todos los cristianos del mundo no sólo porque se adecua perfectamente a la verdad, sino también porque ofrece nueva luz sobre los misterios de la fe. En la homilía, San Juan Pablo II explicó por qué una joven santa carmelita, fallecida a los 24 años, que no estudio teología sistemáticamente, compartirá a partir de hoy el prestigioso reconocimiento reservado a hombres de la estatura intelectual de santo Tomás de Aquino, san León Magno o san Juan de la Cruz. «Entre los “doctores de la Iglesia" –aclaró el Papa–, Teresa del Niño Jesús es la más joven, pero su ardiente itinerario espiritual muestra gran madurez y las intuiciones de la fe expresadas en sus escritos son tan amplias y profundas que le merecen figurar entre los grandes maestros de la espiritualidad».


A continuación el obispo de Roma explicó la importancia del mensaje de Teresa para la sociedad de que se propone cruzar el umbral del tercer milenio: «En una cultura racionalista y demasiado a menudo invadida por un materialismo práctico ella opone con una sencillez que desarma "la pequeña vía" que conduce al secreto de toda existencia: el Amor divino que envuelve y penetra toda la aventura humana».

 

«En un tiempo como el nuestro, caracterizado por la cultura de lo efímero y del hedonismo, esta nueva Doctora de la Iglesia se muestra dotada de una singular eficacia para esclarecer el espíritu y el corazón de los que tienen sed de verdad y de amor». Santa Teresa de Lisieux, penetrando en el espíritu del Evangelio y la pasión de la reformadora del Carmelo, santa Teresa de Ávila, profundizó la mística centrada en el amor, que ella llamó la «pequeña vía de la infancia espiritual», experiencia íntima que recogió en su libro «Historia de un alma», traducido a 50 idiomas. Sus escritos aportan, entre otras cosas, la experiencia espiritual de los dos últimos años de su vida, debatidos en medio de la enfermedad que la llevó a la tumba, en la que no faltó la prueba de la duda y de la crisis de fe.

 

Canonizada en 1925 por Pío XI, este mismo Papa la proclamó, junto con san Francisco Javier, patrona universal de las misiones, pese a que durante su vida religiosa jamás franqueó los muros de su convento de Lisieux, aunque deseó ardientemente ser misionera. Juan Pablo II, que anunció la declaración de santa Teresa de Lisieux como Doctora de la Iglesia durante las Jornadas Mundiales de la Juventud del pasado mes de agosto en París, propone también a Teresita como patrona de los jóvenes. Ante miles de adolescentes de la Acción Católica italiana, el Santo Padre explicó el 18 de octubre que Santa Teresa de Lisieux fue una religiosa de clausura excepcional, pero que igualmente hubiera sido una buena joven de Acción Católica.

***************************************************************************************

ORACION A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA

POR SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

"Para que una hija pueda a su madre querer, es necesario que ésta sepa llorar con ella, que con ella comparta sus penas y dolores. ¡Oh dulce Reina mía!, cuántas y amargas lágrimas lloraste en el destierro para ganar mi corazón, ¡Oh Reina! Meditando tu vida tal como describe el Evangelio, yo me atrevo a mirarte y hasta a acercarme a ti. No me cuesta creer que soy tu hija, cuando veo que mueres, cuando veo que sufres como yo". ***************************************************************************************

 

Fuente: Corazones.org / SCTJM

Teresita 1.jpg
Teresita 2.jpg
Teresita 3.jpg
Teresita 4.jpg
ABOUT US

I'm a paragraph. Click here to add your own text and edit me. I’m a great place for you to tell a story and let your users know a little more about you.

ADDRESS

123-456-7890

 

500 Terry Francois Street
San Francisco, CA 94158

 

info@mysite.com

SUBSCRIBE FOR EMAILS
  • Grey Facebook Icon
  • Grey Google+ Icon
  • Grey Instagram Icon

© 2023 by HARMONY. Proudly created with Wix.com

bottom of page