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PEDRO = PIEDRA (ETIMOLOGÍA DE PEDRO)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ETIMOLOGÍA DE LA PALABRA:

Pedro, nombre propio de persona, tiene un origen bíblico. Fue el nombre que dio Jesús a Simón Bar Jona desde el momento de conocerlo. Pedro es la traducción del nombre arameo Kefás que significa tanto 'piedra' como 'roca'. Pedro significa propiamente 'roca', pues para una piedra suelta el griego tiene la palabra lithos. Existen varias palabras compuestas o cultismos en español que tienen como primer elemento la palabra griega lito 'piedra': litografía, litosfera, litografiar, litógrafo, etc.

«Y Él les dijo: Y vosotros, ¿Quién decís que soy? Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Jesús, respondiendo, dijo: Bienaventurado tú, Simón Bar Jona, porque no es la carne ni la sangre quien esto te ha revelado, sino mi Padre, que está en los cielos. Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esa piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.» [San Mateo 16,15-18]

«Era Andrés, el hermano de Simón Pedro, uno de los dos que oyeron a Juan y le siguieron. Encontró él luego a su hermano Simón y le dijo: Hemos hallado al Mesías, que quiere decir el Cristo. Lo condujo a Jesús, que, fijando en él la vista, dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan; tu serás llamado Cefas, que quiere decir Pedro.» [San Juan 1,40-42]

Nota de los traductores Nácar / Colunga:

«Este texto es de suma importancia dogmática, puesto que en él se basa la superioridad jerárquica de San Pedro sobre los demás apóstoles y la constitución monárquica de la Iglesia cristiana. [...] La autenticidad crítica del texto está sólidamente fundada. Por otra parte, las palabras de Cristo tienen un marcado sello semítico muy difícil de falsificar. [...] Sabemos por Juan 1,42 que Jesús había cambiado misteriosamente el nombre de Simón en Pedro (Kefas) cuando éste se le preguntó por primera vez. El evangelista no da explicación de este sorprendente cambio. [...] En la comunidad primitiva cristiana se le llamará “cefas”, palabra aramea (Kefas) que significa ‘piedra’, aludiendo a su misión de piedra angular de la Iglesia.» [Nácar Fuster, E. / Colunga A.: Sagrada Biblia. Versión directa de las lenguas origianles. Madrid: BAC, 1978, p. 1066]

En arameo KEFÁS significa ‘PIEDRA’; hasta entonces no consta que se hubiera usado nunca como nombre de hombre. La versión que conocemos del Nuevo Testamento está escrita en griego, y allí se traduce Kefás por petra (πέτρα). El griego tiene dos vocablos para ‘piedra’: lithos (λίϑος) y petra (πέτρα), pero lithos es más bien una ‘piedra suelta en el camino’, mientras que PETRA es un ‘resalte rocoso que emerge del suelo’, ‘roca’, ‘arrecife’.

Se cree que el evangelio de San Mateo fue escrito en arameo y fue traducido luego al griego. No podemos saber si Jesús hablaba griego, lengua de la coiné o lengua franca en todos los territorios dominados por los romanos, PERO SÍ ES SEGURO QUE HABLABA ARAMEO. Posiblemente Jesús usó la palabra Kefás en arameo, que no distingue entre una piedra suelta (griego lithos) y una roca (griego petra). De todos modos, el traductor le dio la forma masculina a la palabra como nombre de persona masculina; el original griego de San Mateo dice:

“Tú eres Petros y sobre esta petra edificaré mi iglesia”. ES FALSA LA INTERPRETACIÓN TENDENCIOSA QUE DAN LOS PROTESTANTES que dicen que Petros significa una ‘piedra pequeña’ (que en griego es lithos), mientras que petra significa ‘roca’, sobre la que Jesús edificará su Iglesia. Petros es simplemente la masculinización de petra. El traductor, al traducir del arameo Kefás (piedra y roca), evitó usar la palabra femenina petra para referirse a una persona del género masculino.

La traducción griega es clara: “Tú eres Pedro y sobre esta misma piedra edificaré mi Iglesia”. Es significativa la expresión “y sobre esta misma piedra” (griego: kai epí taute te petra); el traductor juega con el significado de Pedro y petra, “sobre esta misma piedra”, es decir, Pedro, “edificaré mi Iglesia”.

Los católicos decimos que Cristo se refería en este texto a Pedro como la Piedra, los protestantes dicen en este caso que Cristo se refería a sí mismo como la Piedra.

Apliquemos las reglas de hermenéutica de los mismos protestantes:

Regla PRIMERA. Es del todo preciso tomar las palabras en el sentido que indica el conjunto de la frase. Es decir, se debe tener en cuenta el significado de una palabra a la luz de todas las frases. Por eso es necesario conocer el pensamiento del autor.

En dicha frase Cristo cambia el nombre a Simón por Pedro (que quiere decir Piedra): “Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Piedra)” [San Juan 1, 42] ¿Por qué se ha de pensar que Cristo se refería a sí mismo si acababa de cambiar el nombre de Pedro a Piedra? ¿Fue casualidad?

Regla SEGUNDA. Es necesario tomar las palabras en el sentido que indica el contexto, a saber los versículos que preceden y siguen al texto que se estudia. No se puede hacer doctrina con un solo versículo. Es decir se debe tener en cuenta el contexto del texto para no inventar un pretexto.

El contexto no revela que Cristo se refiriera a sí mismo, sino a Pedro.

Primero porque como he dicho, le cambia el nombre a Piedra.

Segundo porque en todos los contextos donde ha ocurrido un cambio de nombre en la Biblia, estos tenían un profundo significado: Un cambio de función o ministerio para la persona.

Ejemplos:

A Abram Dios le cambia el nombre por Abraham porque le constituye en padre de muchedumbre de pueblos:

“Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así: «Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una muchedumbre de pueblos. No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos te he constituido. Te haré fecundo sobremanera, te convertiré en pueblos, y reyes saldrán de ti.” Génesis 17, 3-6

A Saraí (esposa de Abraham) Dios le cambia el nombre a Sara que significa "princesa fecunda", "madre de reyes":

“Dijo Dios a Abraham: «A Saray, tu mujer, no la llamarás más Saray, sino que su nombre será Sara. Yo la bendeciré, y de ella también te daré un hijo. La bendeciré, y se convertirá en naciones; reyes de pueblos procederán de ella.»” Génesis 17,16

A Jacob Dios le cambia el nombre por Israel porque "lucho con Dios y los hombres y venció":

“Dijo el otro: «¿Cuál es tu nombre?» - «Jacob.» - «En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has vencido.»” Génesis 32, 28

El nombre de Jesús también tiene un significado:

“Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»” San Mateo 1, 21

Si todos los nombres tienen un significado y los cambios de nombre implican un cambio en la función o ministerio de la persona ¿Por qué ignorar aquí deliberadamente este contexto?

Tercero, porque si vemos los versículos que preceden, Cristo le pregunta a los apóstoles "quien dicen los hombres que soy yo", Pedro le contesta diciendo quien es él y su ministerio: "Tu eres el Mesías, el hijo del Dios vivo". Cristo le retribuye diciendo ahora quien es Pedro: "Tu eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia".

Y si seguimos profundizando todavía más el contexto será fácil ver cual es el propósito de ese cambio nombre y cual es ese nuevo ministerio que implica:

Regla TERCERA. Es necesario tomar las palabras en el sentido que indica el contexto, a saber los versículos que preceden y siguen al texto que se estudia. No se puede hacer doctrina con un solo versículo. Es decir se debe tener en cuenta el contexto del texto para no inventar un pretexto.

El versículo que precede a Mateo 16,18 es este:

"A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”. San Mateo 16, 18-19

Cristo entrega las llaves del Reino de los cielos a Pedro. Su función será ser el portador de las llaves. ¿Esto se confirma por otras reglas hermenéuticas protestantes? SI.

Regla CUARTA. Es necesario consultar los pasajes paralelos. Los pasajes paralelos son aquellos que tienen relación, o que tratan de un mismo asunto. El buen estudiante de la Biblia debe adquirir conocimientos exactos sobre las doctrinas y las prácticas cristianas. Las cosas espirituales se explican por medio de cosas espirituales. I. Co. 2:13. Un pasaje paralelo junto a otro conforma lo que se llama una cadena temática. Ejemplo, Prov. 16:4; Mat. 10:37; Lc. 14:26; II. Ped. 3:9.

Un pasaje paralelo a Mateo 16,19 es sin duda Isaías 22

"Aquel día llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquías. Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad pondré en su mano, y será él un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá. Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para la casa de su padre. Colgarán allí todo lo de valor de la casa de su padre - sus descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y cántaros .Aquel día - oráculo de Yahveh Sebaot - se removerá la clavija hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que sostenía, porque Yahveh ha hablado." Isaías 22,20-25

Dicho texto es una profecía donde Dios instaurará un nuevo mayordomo en Israel (Elyaquím, quien de hecho llegó a ser mayordomo en lugar Sebná. Ver 2 Reyes 18,18; 19,2; Isaías 33,3; 37,2). El mayordomo era un ministro con las llaves del reino. Aunque el resto de ministros también tenían autoridad, la autoridad del mayordomo era superior. Todos ataban y desataban, pero lo que el mayordomo ataba los otros ministros no lo podían desatar y viceversa. (Se refiere esto a la autoridad de tomar decisiones). El mayordomo no era el rey, tenía autoridad conferida de la mano del Rey.

¿Por qué Cristo utiliza esta figura? Porque Cristo quiere utilizar un ejemplo de su tiempo para que todos entendieran la nueva función de Pedro: Ser el nuevo mayordomo de su Reino. Así como los antiguos reyes de Israel tenían un mayordomo, Cristo designa al suyo: a Pedro.

Todas estas reglas las ignoran los protestantes en la práctica. Es gracioso verles salir con que si la hermenéutica pa'qui, hermenéutica pa'lla, y a la hora de la verdad, es solo un cliché.

En el pasaje que nos aboca (Mateo 16,18) también se compara la Iglesia con un edificio, pero en esa metáfora Cristo está figurando como el constructor, no como parte de la construcción, lo vemos cuando utiliza el verbo “edificar” y lo conjuga en primera persona: “Edificaré”. Nosotros somos las piedras que Cristo va colocando, Pedro la primera.

Es importante señalar también que la Piedra angular de una construcción no es la piedra sobre la que se edifica la Iglesia. La primera piedra sobre la que se edifica una construcción está en la base, la piedra angular está en la parte superior y es la que le da consistencia a todas las demás. (En una construcción, por ejemplo, en una pirámide, realmente hay 5 piedras angulares, pero la que generalmente se refieren con la Piedra angular es la que está en la cúspide, no la que está en la base).

Así podríamos construir una metáfora general donde es si se simboliza la Iglesia con un edificio espiritual, Cristo puede figurar como Piedra angular, Pedro y los apóstoles como fundamento, siendo Pedro la primera Piedra sobre la cual se edifica (el mayordomo) y nosotros piedras vivas que conforman el resto del edificio. Nunca entenderemos como los protestantes pueden ignorar el claro significado de Mateo 16,18 y se ven obligados a torcerlo para no aceptar el Primado de Pedro. Saben que si lo aceptan toda su doctrina se vendrá abajo porque deberán someterse a su autoridad y la de sus sucesores, sin embargo se ven obligados a torcer la palabra de Dios para justificar sus posturas.

"La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras - para su propia perdición. Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura." 2 Pedro 3,15-17

 

 

Fuentes: Apologética Católica por José Miguel Arráiz / HISPANOTECA LENGUA Y CULTURA por Justo Fernández López 

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