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¿JESÚS SÍ, IGLESIA NO? ¿JESÚS NO ES RELIGIÓN?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo sabes que sigues los pasos de tu creador? Recuerda que muchos quisieron hacer a Jesús rey, pero al día siguiente, cuando El les enseña que deben comer Su Cuerpo y beber Su Sangre, lo abandonaron porque pensaron que estaba loco Cf. Juan 6. Ellos querían a un Jesús a su manera.

San Pablo, sin embargo, es coherente con su fe cuando dice:

"pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia" -Filipenses 1,21.

El no somete a Cristo a su gusto sino que somete su vida a Cristo. Esta misma coherencia lleva a San Pablo a dar su vida a Cristo sirviendo a la Iglesia.

 

No se podrían entender las cartas de San Pablo si se suprimiese su enseñanza sobre ser Iglesia en Cristo. Claro que Pablo sabía de los pecados de los miembros de la Iglesia. En sus cartas los confronta con frecuencia. Pero también sabía que en la Iglesia fundada por Cristo los hijos de Dios son perdonados, son alimentados con el mismo Cristo en la Eucaristía, son instruidos en la Verdad y protegidos del maligno. En las cartas de San Pablo la palabra "Iglesia" o "iglesias" aparece 54 veces (¡94 veces en el N.T.!). Continuamente Pablo manifiesta su adhesión, amor y cuidado por la Iglesia a la cual reconoce como Cuerpo de Cristo.

Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia -Colosenses 1,24

De hecho las cartas de Pablo se dirigen a las iglesias o a los pastores de las iglesias, todos ellos miembros de la única Iglesia de Jesucristo. Pues no tiene Cristo sino un Cuerpo y una Esposa.

San Pablo también había perseguido a la Iglesia pero se arrepintió profundamente y reconoció que la Iglesia es de Dios.

Pues yo soy el último de los apóstoles: indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios. -I Corintios 15,9

“Pero si me demoro, para que sepas cómo debes portarte en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad” (1Tim 3,15).

¿Será entonces que la Iglesia verdadera dejó de existir? Imposible, porque Jesús vino a salvar a los hombres de todas las generaciones hasta el fin del tiempo. Tenemos la promesa de Jesús:

Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. -Mateo 16,18

Jesús advirtió que habría escándalos en la Iglesia y fue muy severo al respecto. ¿Por que? ¿Acaso el rechazó a la Iglesia? ¡Al contrario! Murió por ella. Jesús defiende a la Iglesia de los que quieren mancharla porque en ella recibamos Su vida y Salvación. Por eso increpa a los que en ella escandalizan, porque estos hacen que muchos se alejen de ella y se pierdan. 

Si me dijeras que Jesús quiere renovar a su Iglesia estaríamos de acuerdo. La Iglesia siempre necesita renovación. Pero no se renueva tirándola por tierra y creando algo nuevo. Lo que Jesús hizo no puede cambiarse. No se puede cambiar en la Iglesia su doctrina ni su naturaleza ya que son de Cristo. La verdadera renovación es la que nos propuso San Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora el Papa Francisco con una nueva Evangelización.

Son los hombres los que necesitamos renovarnos en la Iglesia. Los santos son los verdaderos renovadores de la Iglesia porque se nutren de ella y con gratitud le dan a ella los frutos de la gracia. Ellos manifiestan el poder de Cristo operante en su Iglesia.

San Pablo hace lo mismo que Cristo. En sus cartas confronta con frecuencia el pecado de los miembros de la Iglesia para que la gracia que Dios nos da en ella no sean obstaculizadas. Pablo sigue siempre fiel a su misión como pastor en la Iglesia, amándola y, como Jesús, dando su vida por ella.

Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. -Efesios 5,25-27

Si amamos a Cristo no podemos sino amar a la Iglesia y obedecerla en todo, ya que El es su cabeza y nos habla a través de sus pastores (Cf. Lc 10,16)

 

Bajo sus pies sometió todas la cosas y le constituyó Cabeza suprema de la Iglesia -Efesios 1,22

 

Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia -Efesios 3,10

 

A él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones y todos los tiempos. Amén. -Efesios 3,21

No te salgas de la Iglesia. Salirse es tentador, es popular, es fácil de justificar, pero no es la voluntad de Cristo. Los que permanecen fieles reciben el poder de Dios para vencer en las pruebas y manifestar la gloria de Dios.

Hasta tal punto que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las Iglesias de Dios por la tenacidad y la fe en todas las persecuciones y tribulaciones que estáis pasando. -II Tesalonicenses 1,4

El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. -Apocalipsis 3,22

¿Se puede separar a Cristo de la Iglesia, o la Iglesia de Cristo?

No, absolutamente no. Nada hay de más absurdo que separar a la Iglesia de Cristo. Entre Cristo y la Iglesia no hay ninguna división ni contraposición. Y esto por diversos motivos:

"La Iglesia está fundada sobre los Apóstoles, elegidos directamente por Cristo". Ellos "son así el signo más evidente de la voluntad de Jesús respecto a la existencia y la misión de su Iglesia, la garantía de que entre Cristo y la Iglesia no existe ninguna contraposición" (Benedicto XVI, Catequesis del miércoles, 15/3/06): "Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron junto a él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce…" (Mc 3,13-16; cfr. Mt 10,1-4; Lc 6,12-16). Por medio de los Apóstoles, remontamos entonces hasta Jesús mismo.

"La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, del cual Cristo es Cabeza" (cfr. Ef 5,3). No se puede separar la Cabeza del Cuerpo ni viceversa: se tendrían dos realidades desnaturalizadas, decapitadas. Cristo "es también la cabeza del cuerpo, de la Iglesia" (Col 1, 18). Cristo y la Iglesia forman el "Cristo total - Christus totus. (…) Plenitud de Cristo: la Cabeza y los miembros. ¿Cuál es la Cabeza, y cuáles son los miembros? Cristo y la Iglesia" (San Augustin, In Iohannis evangelium tractatus, 21, 8); "Cabeza y miembros son, por así decir, una sola persona mística" (Santo Tomas de Aquino, Summa theologiae, III,q.48, a. 2, ad 1). "Del mismo modo que, en el hombre, cabeza y cuerpo forman un solo hombre, así el Hijo de la Virgen y sus miembros constituyen también un solo hombre y un solo Hijo del hombre. El Cristo íntegro y total, como se desprende de la Escritura, lo forman la cabeza y el cuerpo. En efecto, todos los miembros juntos forman aquel único cuerpo que, unido a su cabeza, es el único Hijo del hombre quien, al ser también Hijo de Dios, es el único Hijo de Dios y forma con Dios el Dios único. Por ello el cuerpo íntegro con su cabeza es Hijo del hombre, Hijo de Dios y Dios. Por eso se dice también: Padre, éste es mi deseo: que sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti. (Jn. 17,21). Así, pues, de acuerdo con el significado de esta célebre afirmación de la Escritura, no hay cuerpo sin cabeza, ni cabeza sin cuerpo, ni Cristo total, cabeza y cuerpo, sin Dios" (Beato Isaac, Sermón 42). 

Si se separase Cristo de la Iglesia:

Se tendría una falsificación de la realidad y de la misión de Cristo mismo: se tendría "un Jesús de fantasía. No podemos tener a Jesús prescindiendo de la realidad que él ha creado y en la cual se comunica. Entre el Hijo de Dios encarnado y su Iglesia existe una profunda, inseparable y misteriosa continuidad, en virtud de la cual Cristo está presente hoy en su pueblo" (Benedicto XVI, Catequesis del miércoles,15/3/06)

Se desnaturalizaría sustancialmente también la naturaleza misma de la Iglesia, la cual, separada de Su fundador y de Su Cabeza, ya no se trataría de la misma realidad. La Iglesia es de Cristo, nació desde Su voluntad, desde Su corazón, desde Su Muerte y Resurrección, desde la efusión de Su Espíritu. "La Iglesia no tiene otra luz que la de Cristo; ella es, según una imagen predilecta de los Padres de la Iglesia, comparable a la luna cuya luz es reflejo del sol" (CCC, 748). La Iglesia por tanto no vive de sí misma y para sí misma, sino de Cristo, con Él y para la misión por Él encomendada: anunciar Su Evangelio y comunicar a los hombres la Salvación obrada por Cristo

Somos miembros de la Iglesia, hermanos los unos de los otros verdaderamente y solamente en cuanto somos hermanos de Cristo. Formamos la Iglesia, en cuanto Cristo nos une íntimamente a Sí mismo. Es Él quien nos hace ser una sola cosa entre nosotros. Más estamos unidos a Él y más estamos unidos entre nosotros. Esto se realiza de modo particular mediante el sacramento del Bautismo, en virtud del cual estamos unidos a la Muerte y a la Resurrección de Cristo, y mediante el Sacramento de la Eucaristía, gracias al cual "participando realmente del cuerpo del Señor, nos elevamos a una comunión con El y entre nosotros mismos" (Lg, 7).

"Si no se tiene a la Iglesia por madre, no se puede tener a Dios por Padre" (San Cipriano - inicio del III siglo -, De Ecclesiae catholicae úntate,6).

"El Hijo de Dios, habiendo tomado la naturaleza humana, se unió a ella tan íntimamente, que no sólo en aquel hombre que es el primogénito de toda creatura, sino también en todos sus santos, no hay más que un solo y único Cristo; y, del mismo modo que no puede separarse la cabeza de los miembros, así tampoco los miembros pueden separarse de la cabeza" (San Leòn Magno, Papa, Sermón 12, Sobre la pasión del Señor, 3, 6-7).

El eslogan "Jesús sí, Iglesia no" es por lo tanto del todo inaceptable e inconciliable con la voluntad de Cristo y con la naturaleza misma de la Iglesia.

¿Entre Cristo y la Iglesia hay acaso identificación?

No, no existe identificación, en cuanto:

Aquello que Cristo es por naturaleza, éstos lo son por comunicación, y lo que él es en plenitud, éstos lo son por participación; finalmente, él es Hijo de Dios por generación y sus miembros lo son por adopción, como está escrito "Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba!, Padre". (Rom 8, 15)" (Beato Isaac, Sermón 42)

La Iglesia ha sido instituida por Cristo, su fundador. Existe por tanto entre ambos la diferencia que existe entre Creador y criatura

La Iglesia está constituida por pecadores, y Cristo en cambio está sin pecado. "En el Símbolo de los Apóstoles, hacemos profesión de creer que existe una Iglesia Santa ("Credo [...] Ecclesiam"), y no de creer en la Iglesia para no confundir a Dios con sus obras y para atribuir claramente a la bondad de Dios todos los dones que ha puesto en su Iglesia" (CCC, 750)

Entre Cristo y la Iglesia, entonces no existe ninguna separación, contraposición y ni siquiera identificación. Existe "la distinción de ambos en una relación personal" (CCC, 796). Es esta particular relación con Cristo, que identifica y caracteriza la naturaleza y la misión de la Iglesia.

¿Qué designamos con la palabra Iglesia?

"Designa al Pueblo que Dios convoca y reúne desde todos los confines de la tierra, para constituir la asamblea de todos aquellos que, por la fe y el Bautismo, han sido hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo.

¿Hay otros nombres e imágenes con los que la Biblia designe a la Iglesia?

En la Sagrada Escritura encontramos muchas imágenes que ponen de relieve aspectos complementarios del misterio de la Iglesia. El Antiguo Testamento prefiere imágenes ligadas al Pueblo de Dios; el Nuevo Testamento aquellas vinculadas a Cristo como Cabeza de este pueblo, que es su Cuerpo, y las imágenes sacadas de la vida pastoril (redil, grey, ovejas), agrícola (campo, olivo, viña), de la construcción (morada, piedra, templo) y familiar (esposa, madre, familia).

¿Cuál es el origen y la consumación de la Iglesia?

La Iglesia tiene su origen y realización en el designio eterno de Dios. Fue preparada en la Antigua Alianza con la elección de Israel, signo de la reunión futura de todas las naciones. Fundada por las palabras y las acciones de Jesucristo, fue realizada, sobre todo, mediante su muerte redentora y su Resurrección. Más tarde, se manifestó como misterio de salvación mediante la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés. Al final de los tiempos, alcanzará su consumación como asamblea celestial de todos los redimidos.

¿Cuál es la misión de la Iglesia?

La misión de la Iglesia es la de anunciar e instaurar entre todos los pueblos el Reino de Dios inaugurado por Jesucristo. La Iglesia es el germen e inicio sobre la tierra de este Reino de salvación.

¿En qué sentido la Iglesia es Misterio?

La Iglesia es Misterio en cuanto que en su realidad visible se hace presente y operante una realidad espiritual y divina, que se percibe solamente con los ojos de la fe. La Iglesia tiene la característica de "ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina; y todo esto de suerte que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos" (Sc, 2).

 

 

¿Qué significa que la Iglesia es sacramento universal de salvación?

 

La Iglesia es sacramento universal de salvación en cuanto es signo e instrumento de la reconciliación y la comunión de toda la humanidad con Dios, así como de la unidad de todo el género humano.

 

 

¿Por qué la Iglesia es el Pueblo de Dios?

 

La Iglesia es el Pueblo de Dios porque Él quiso santificar y salvar a los hombres no aisladamente, sino constituyéndolo un solo pueblo, reunido desde la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

¿Cuáles son las características del Pueblo de Dios?

 

Este pueblo, del que se llega a ser miembro mediante la Fe en Cristo y el Bautismo, tiene por origen a Dios Padre, por cabeza a Jesucristo, por condición la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, por ley el mandamiento nuevo del amor, por misión la de ser sal de la tierra y luz del mundo, por destino el Reino de Dios, ya iniciado en la Tierra.

 

 

¿Por qué llamamos a la Iglesia esposa de Cristo?

 

Llamamos a la Iglesia esposa de Cristo porque el mismo Señor se definió a sí mismo como "el esposo" (Mc 2, 19), que ama a la Iglesia uniéndola a sí con una Alianza eterna. Cristo se ha entregado por ella para purificarla con su sangre, "santificarla" (Ef 5, 26) y hacerla Madre fecunda de todos los hijos de Dios. Mientras el término "cuerpo" manifiesta la unidad de la "cabeza" con los miembros, el término "esposa" acentúa la distinción de ambos en la relación personal.

 

 

¿Por qué la Iglesia es llamada templo del Espíritu Santo?

 

La Iglesia es llamada templo del Espíritu Santo porque el Espíritu vive en el cuerpo que es la Iglesia: en su Cabeza y en sus miembros; Él además edifica la Iglesia en la caridad con la Palabra de Dios, los sacramentos, las virtudes y los carismas" (Compendio, 147-154; 158-159).

 

¿Cuáles son los atributos que caracterizan a la Iglesia?

 

-La Iglesia es:

 

UNA, "porque tiene como origen y modelo la unidad de un solo Dios en la Trinidad de las Personas; como fundador y cabeza a Jesucristo, que restablece la unidad de todos los pueblos en un solo cuerpo; como alma al Espíritu Santo que une a todos los fieles en la comunión en Cristo. La Iglesia tiene una sola fe, una sola vida sacramental, una única sucesión apostólica, una común esperanza y la misma caridad" (Compendio, 161);

 

SANTA, "porque Dios santísimo es su autor; Cristo se ha entregado a sí mismo por ella, para santificarla y hacerla santificante; el Espíritu Santo la vivifica con la caridad. En la Iglesia se encuentra la plenitud de los medios de salvación. La santidad es la vocación de cada uno de sus miembros y el fin de toda su actividad. Cuenta en su seno con la Virgen María e innumerables santos, como modelos e intercesores. La santidad de la Iglesia es la fuente de la santificación de sus hijos, los cuales, aquí en la tierra, se reconocen todos pecadores, siempre necesitados de conversión y de purificación" (Compendio, 165);

 

CATÓLICA, "es decir universal, en cuanto en ella Cristo está presente: "Allí donde está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica" (San Ignacio de Antioquia). La Iglesia anuncia la totalidad y la integridad de la fe; lleva en sí y administra la plenitud de los medios de salvación; es enviada en misión a todos los pueblos, pertenecientes a cualquier tiempo o cultura" (Compendio, 166); 

 

APOSTÓLICA "por su origen, ya que fue construida "sobre el fundamento de los Apóstoles" (Ef 2, 20); por su enseñanza, que es la misma de los Apóstoles; por su estructura, en cuanto es instruida, santificada y gobernada, hasta la vuelta de Cristo, por los Apóstoles, gracias a sus sucesores, los obispos, en comunión con el sucesor de Pedro" (Compendio, 174).

 

Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su misión. La Iglesia no los tiene por ella misma; es Cristo, quien, por el Espíritu Santo, da a la Iglesia el ser una, santa, católica y apostólica, y Él es también quien la llama a ejercitar cada una de estas cualidades. Sólo la fe puede reconocer que la Iglesia posee estas propiedades por su origen divino. Pero sus manifestaciones históricas son signos que hablan también con claridad a la razón humana" (CCC, 811- 812). "La Iglesia - recuerda el VATICANO I-, por razón de su sobresaliente santidad […], por su unidad católica y su invencible estabilidad, es un gran y perpetuo motivo de credibilidad y un testimonio irrefragable de su misión divino" (Dei Filius, 3).

 

 

¿Por qué la Iglesia está siempre necesitada de purificación?

 

Porque está formada por pecadores. Todos los miembros de la Iglesia peregrina en la tierra, incluidos sus ministros, son pecadores, deben reconocerse como tales, acoger humildemente el perdón Divino y derrotar siempre más, en sí mismos y en los demás, el pecado. "Mientras Cristo, santo, inocente, inmaculado, no conoció el pecado, sino que vino sólo a expiar los pecados del pueblo, la Iglesia, recibiendo en su propio seno a los pecadores, santa al mismo tiempo que necesitada de purificación -simul sancta et semper purificanda- constante, busca sin cesar la penitencia y la renovación" (Lg, 8).

 

 

¿Quién pertenece a la Iglesia Católica?

 

"Todos los hombres, de modos diversos, pertenecen o están ordenados a la unidad católica del Pueblo de Dios. Está plenamente incorporado a la Iglesia Católica quien, poseyendo el Espíritu de Cristo, se encuentra unido a la misma por los vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos, del gobierno eclesiástico y de la comunión. Los bautizados que no realizan plenamente dicha unidad católica están en una cierta comunión, aunque imperfecta, con la Iglesia católica" (Compendio, 168).

 

 

¿Por qué Cristo instituyó la Jerarquía eclesiástica? 

 

"Cristo instituyó la jerarquía eclesiástica con la misión de apacentar al Pueblo de Dios en su nombre, y para ello le dio autoridad. La jerarquía está formada por los ministros sagrados: obispos, presbíteros y diáconos" (Compendio, 179), a los cuales Cristo ha dado la misión de enseñar, santificar y gobernar. Ellos ejercitan tal misión como 'siervos de Cristo" (Rom 1,1), imitando Cristo mismo, "El cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios; sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre, se rebajó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz" (Fil 2,6-8).

 

 

¿Qué significa la afirmación "fuera de la Iglesia no hay salvación"?

 

"Significa que toda salvación viene de Cristo-Cabeza por medio de la Iglesia, que es su Cuerpo. Por lo tanto no pueden salvarse quienes, conociendo la Iglesia como fundada por Cristo y necesaria para la salvación, no entran y no perseveran en ella. Al mismo tiempo, gracias a Cristo y a su Iglesia, pueden alcanzar la salvación eterna todos aquellos que, sin culpa alguna, ignoran el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan sinceramente a Dios y, bajo el influjo de la gracia, se esfuerzan en cumplir su voluntad, conocida mediante el dictamen de la conciencia" (Compendio, 171).

 

 

¿Por qué la Iglesia debe anunciar el Evangelio a todo el mundo?

 

Porque Cristo ha ordenado: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28, 19). Este mandato misionero del Señor tiene su fuente en el amor eterno de Dios, que ha enviado a su Hijo y a su Espíritu porque "quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" (1 Tm 2, 4)" (Compendio, 172).

¡Cristo no es religión! ¿De donde viene este «grito de guerra»?

“¡Cristo no es religión!”. Esta frase es soltada a menudo en la cara de los católicos que profesan un orgullo de pertenecer a la Iglesia. Esta frase es dicha generalmente incluyendo una inconsciente actitud de haber pasado a un nivel espiritual más elevado que el pobre católico que no se ha percatado de esta “gran verdad”, pero ¿es que es una verdad? Para profundizar en esto he querido hacer este breve estudio.

Pequeños ejemplos de esta ideología

Una ideología que ha ido progresivamente haciéndose parte en muchas Iglesias cristianas no católicas es una reciente negación de la religión. Es sorprendente oírles decir: “Cristo no es religión”, “Yo no pertenezco a religión alguna, lo mío es una relación personal y verdadera con Jesucristo” y frases por el estilo.

Recientemente platicaba con una amiga evangélica de esta misma comunidad por el Chat, y activé él registro automático de la conversación, anexo un pequeño extracto de la misma:

Kattvic: ¿eres cristiano?

José: si, soy cristiano católico

Kattvic: ah ya

José: ¿y tu?

Kattvic: bueno yo era católica pero ahora estoy convertida a Cristo

José: ¿y es que cuando eras católica no estabas convertida a Cristo?

Kattvic: si, pero no es lo mismo, cuando uno es católico como que se le olvidan muchas cosas.

José: cuando uno es católico y no profundiza en su fe, puede que se le olviden muchas cosas, pero cuando uno profundiza y tiene una relación verdadera con Cristo eso no pasa.

Kattvic: bueno eso es verdad, pero también es verdad que como católicos no profundizamos en la relación con Cristo, claro que no todos pero si la mayoría.

José: En todas las Iglesias hay creyentes “nominales”, si se les puede llamar creyentes.

Kattvic: bueno yo no hablo de religión, porque si así fuera yo no tendría ninguna, mi amor hacia el Todopoderoso supera cualquier barrera de religiones.

José: ¿Qué es para ti religión?

Kattvic: bueno religión es cuando dices que tienes una y vas a su iglesia, rezas, cantas y todo y cuando sales de ese lugar sigues siendo el mismo.

José: ¿Quién te dijo que eso es religión?, ¿Has buscado el significado de religión en el diccionario?

Kattvic: no, no lo he buscado, lo digo por mi experiencia personal.

José: No es cosa de experiencia, es cosa de saber que significa la palabra, Te pregunto ¿Dice la Biblia que la religión es buena, mala?, ¿Qué dice de religión?

Kattvic: bueno no soy muy conocedora de la Biblia apenas si estoy comenzando a leerla,…bueno no sé cual sea la definición de los demás, la mía es personal, así lo siento, así lo creo.

Lo que me llamó la atención de esta conversación es que la chica tenía una definición completamente sentimental de la palabra religión, cuando le pedí que me argumentara ya sea racionalmente (con el diccionario) o bíblicamente (con algún pasaje bíblico) no supo decirme el por qué de su concepto de que su fe no era religión, concluyó sencillamente con un profundo y contundente:

“así lo siento, así lo creo”…Y PUNTO!!!

Ella era ciertamente una cristiana con poco conocimiento bíblico, pero lo curioso es que esta manera de pensar es vista en líderes y pastores evangélicos, lo que me ha sorprendido sobremanera. Cuando les pido que me fundamente bíblicamente su afirmación no he encontrado quien pueda darme una respuesta satisfactoria.

Pero, ¿tienen fundamento esta nueva ideología? ¿Qué dice el sentido común? ¿Qué dice la Biblia?

Concepto de Religión

Para buscar el significado real de la palabra religión debemos buscar la fuente más autorizada en el mundo en lo que se refiere a significado de palabras en español: El diccionario de la Real Academia Española, y luego otra fuente fácil de verificar por ustedes.

El diccionario de la Real Academia Española nos da como significado principal y secundario de la palabra religión los siguientes:

Diccionario de la Real Academia Española:

Religión [Del lat. religĭo, -ōnis] 1. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. 2. Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido.

La enciclopedia Microsoft Encarta dice:

Enciclopedia Microsoft Encarta, Religión: En términos generales, forma de vida o creencia basada en una relación esencial de una persona con el universo, o con uno o varios dioses. En este sentido, sistemas tan diferentes como budismo, cristianismo, hinduismo, judaísmo y sintoísmo pueden considerarse religiones. Sin embargo, en un sentido aceptado de una forma corriente el término religión se refiere a la fe en un orden del mundo creado por voluntad divina, el acuerdo con el cual constituye el camino de salvación de una comunidad y por lo tanto de cada uno de los individuos que desempeñen un papel en esa comunidad. En este sentido, el término se aplica sobre todo a sistemas como judaísmo, cristianismo e islam, que implican fe en un credo, obediencia a un código moral establecido en las Escrituras sagradas y participación en un culto. En su sentido más específico el término alude al sistema de vida de una orden monástica o religiosa.

Resumiendo los significados que la Real Academia Española y la Enciclopedia nos da podemos concluir que religión es la forma que tiene cada persona de relacionarse con Dios, dándole el culto que le es debido.

Bajo esa definición, el cristianismo definitivamente es una religión, el mismo diccionario de la Real Academia lo define como tal:

Diccionario de la Real Academia Española

Cristianismo 1. Religión cristiana

Según la enciclopedia Encarta encontramos una definición similar:

Enciclopedia Microsoft Encarta, Cristianismo, religión monoteísta basada en las enseñanzas de Jesucristo según se recogen en los Evangelios, que ha marcado profundamente la cultura occidental y es actualmente la más extendida del mundo. Está ampliamente presente en todos los continentes del globo y la profesan más de 1.700 millones de persona.

El cristianismo no sólo es considerado mundialmente como una religión, sino como la más extendida del mundo. Decirse cristiano y decir que su cristianismo “no es religión” es simplemente rechazar cual es el significado de la palabra, vivir en un universo imaginario donde las palabras significan para él lo que quiere que signifiquen, pero no lo que significan para “el resto del mundo”.

Si eres cristiano, el cristianismo es TU RELIGION, de eso no hay duda. No importa que a alguien no le guste la palabra, que haya desarrollado antipatía por ella. El significado no será cambiado de todos los diccionarios del mundo simplemente porque el “sienta”, «crea» que lo de él no es “religión”.

Muchos podrán querer dar a la palabra su propio significado, pero ¿Tendrá fundamento su posición desde el sentido común?

 

 

La Religión según la Biblia

Pasemos ahora al segundo punto, veamos que dice la palabra de Dios sobre religión, ya que si la postura de los hermanos tiene sentido, debe haber algún pasaje bíblico que pueda apoyar su postura ¿Será que lo hay?

NO, no lo hay. En toda la Biblia no hay ni un solo pasaje bíblico que habla aunque sea un poco mal de la religión. Por el contrario, la palabra religión, religioso, religiosa aparece 7 veces, y en ninguna de ellas puede verse un significado negativo, sino todo lo contrario.

Juan 9,31 Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; mas, si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha.

El pasaje anterior narra la forma en como el ciego refuta a los fariseos que no se explicaban como pudo haber sido sanado por Jesús. Cuando los fariseos le insultan, el les contesta con estas sabias palabras para darles a entender que si Cristo le sanó es porque Dios le escuchaba, pero muy interesante las palabras que utiliza: “si uno es religioso y cumple su voluntad, a ése le escucha”.

Lo mismo Pablo, cuando fue perseguido por los judíos, la Biblia nos enseña que fue perseguido por “su religión”.

Hechos 25,19 solamente tenían contra él unas discusiones sobre su propia religión y sobre un tal Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirma que vive.

Muchos pueden decir que no tienen religión, pero ¿Es que caso Pablo no era cristiano? ¡Y Pablo dice la Biblia tenía religión! Si Pablo tenía religión y era perseguido por ella, ¿Por qué ellos no tienen religión?

Pablo posteriormente explica que él había sido fariseo, y alega que el judaísmo era “su religión”.

Hechos 26,5 Ellos me conocen de mucho tiempo atrás y si quieren pueden testificar que yo he vivido como fariseo conforme a la secta más estricta de nuestra religión.

Importante notar que no dice que ya no es su religión, notemos que cuando Pablo dice “nuestra religión” implica que la considera “suya también”. El judaísmo fue la religión verdadera, que ahora llegaba a su plenitud con Cristo. Pablo no cambió de Dios, sino que le conoció en plenitud a través de la revelación de Jesucristo,

Uno de los pasajes más contundentes que mencionan la Palabra religión es el siguiente:

Santiago 1,26-27 Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana. La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo.

Este pasaje es muy pero muy ilustrativo para el tema que nos aboca. Este pasaje nos explica “como hay que vivir la religión”, y comienza diciendo que nuestra religión es vana si no podemos freno a nuestra lengua, para continuar describiéndonos las características de la religión verdadera.

El pasaje NO DICE que la religión es mala, o que el cristiano no tiene religión, sino que hay una “religión pura e intachable ante Dios Padre”. Una religión cuya característica es que se vive desde el interior, no un mero cumplimiento de preceptos, sino impregnada de una fe viva que se manifieste en obras, en caridad para los necesitados y en mantener una vida limpia de pecado.

El problema nunca ha sido la religión, la religión es indispensable. El problema para muchos de nosotros pudo haber sido vivir la religión exteriormente pero no desde el interior, no tener una religión fundada en una fe viva, activa, como decía Santiago, una fe sin obras, es una fe muerta.

Santiago 2,26 Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

 

¿De donde viene este rechazo a la religión por parte de los hermanos?

Muchos hermanos separados, al tratar de desligarse de normas y dogmas y tener fuertes sentimientos anticatólicos, han tratado de redefinir la palabra religión y de asociar la palabra con un simple y mero “cumplimiento de preceptos”. Ahora, luego de haber hecho dicha asociación y redefinición de la palabra, para no haberse visto afectados por el cambio, han salido del paquete diciendo que lo de ellos “no es religión” (lo de los demás si). Es una novedosa forma de distinguirse como un “creyente verdadero libre de dogmas y religiones”, les da una sensación de libertad, les permite no estar sujetos a ningún tipo de autoridad excepto lo que ellos entienden de la Biblia y bajo su propia interpretación. Si en alguna Iglesia no le gusta lo que dicen, se va a otra y ya, y si es carismático, quizá hasta funde una nueva. Como ya hay miles y han utilizado casi todos los nombres conocidos, quizá termine llamándola “Deténgase de sufrir” o “Testigos de Dios”. Y al fin y al cabo ¿Qué tenemos nos queda?:

Yo lo llamaría: Religión igualito, pero “a la medida”.

Nada acorde con lo que exige la Palabra de Dios:

1 Corintios 1,10 Os conjuro, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que tengáis todos un mismo hablar, y no haya entre vosotros divisiones; antes bien, estéis unidos en una misma mentalidad y un mismo juicio.

El pasaje anterior no es una «sugerencia», es una «orden» en nombre de Cristo, la que exige a los cristianos UNIDAD, pero no la unidad aparente, sino una unidad que implica cohesión de fe tanto en mentalidad y juicio.

 

 

¿Qué consecuencia trae esta ideología?

Sin darse cuenta, están apoyando el lema marxista bajo el cual miles de cristianos han sido perseguidos y sometidos y que reza:

Carlos Marx “¡La religión es el opio de los pueblos!”

Y prepara al cristiano poco instruido a ser víctima del engañoso New Age, que predica exactamente lo mismo, pero que va más allá todavía, afirmando que todas las religiones son iguales (cristianismo incluido). Para ellos, Cristo es un simple iluminado rebajándolo al nivel de Mahoma, Sai Baba, Dalai Lama, y tantos otros.

 

 

¿Cuál es la verdad?

Los cristianos tenemos claro una verdad:

Juan 14,6 Le dice Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.

Cristo es el único camino hacia el Padre, por tanto, Cristo no solo es religión, sino que Cristo es “la religión verdadera”, “la religión en plenitud”, “la forma perfecta de relacionarse con el Padre”. No hay otro nombre por el cual los hombres podamos ser salvados. Pero estar unido a Cristo, es estar unido a la Iglesia, que es su cuerpo.

“Pero si me demoro, para que sepas cómo debes portarte en la Casa de Dios, que es la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad” (1Tim 3,15).

 

Conclusión 

Cuando un hermano vuelva con la “profunda” frase “Cristo no es religión”, trata de hacerle entender que repite un lema nuevo y sin sentido, un lema que ni siquiera predicaban los protestantes en el siglo pasado y que tampoco predican hoy las Iglesias protestantes tradicionales, dile que te argumente bíblicamente porqué lo dice, que analice que está diciendo, que trate de caer en cuenta que está simplemente repitiendo “el lema del pastor”, más algo que realmente no tiene el menor fundamento bíblico. Trata de hacerle entender el significado real de la palabra, quizá le hagas reflexionar y se de cuenta que está repitiendo algo “sin fundamento”.

 

Fuente: mercaba.org / corazones.org por el Padre Jordi Rivero / José Miguel Arráiz apologeticacatolica.org

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