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Los Sueños de San Juan Bosco

Extraídos de la Vida de San Juan Bosco -Memorias Biográficas en 19 volúmenes-.

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141. El congreso de los diablos 1885 (MB. 17,333).

Soñé que estaba en una gran sala donde muchos diablos celebraban un congreso para encontrar los medios con los cuales lograr acabar y destruir a la comunidad salesiana (y a cualquiera otra asociación religiosa).

Un diablo propuso: – Para destruir esta asociación religiosa lo mejor será la GULA. Ella trae desgano para hacer el bien, corrupción de costumbres, maslos ejemplos, falta de espíritu de sacrificio, descuido de los deberes del apostolado…

Pero otro diablo respondió: – Este medio no sirve para la mayoría, porque la comida de los religiosos es bastante sobria y las bebidas alcohólicas son escasas entre ellos. Sus reglamentos mandan que la alimentación sea ordinaria y los superiores vigilan para que no haya exceso en esto. Y el que se excede en el comer y en el beber no sólo produce escándalo entre los demás sino que se atrae el desprecio de los otros. Yo propongo más bien, como medio para acabar con la Congregación al inspirarles un gran AMOR POR LAS RIQUEZAS.

Y añadió:- Es que cuando en una asociación religiosa entra el amor a las riquezas, llega también el amor por las comodidades, y el deseo de tener cada uno su propio dinero para gastarlo en lo que se le antoje, y los religiosos empiezan ya a no pensar con caridad en los demás, sino con egoísmo, cada uno en sí mismo. Y el amor al dinero lleva a los religiosos a dedicarse a los ricos que pueden pagar altas cuotas, y se van olvidando de los pobres.

Aquel demonio quería continuar hablando pero le interrumpió un tercero que dijo: – ¡Qué gula, ni qué amor a las riquezas! Estos religiosos son bastante pobres y bastante sobrios. Además se dedican a atender gentes tan necesitadas, que cualquier cantidad de dinero que les llegue, apenas sí les alcanzará para ayudar a tantos pobres que vienen a pedir su ayuda. Yo en cambio propongo como medio para acabar con su comunidad el incitarles a una EXAGERADA LIBERTAD. Convencerlos de que no es necesario obedecer a los reglamentos de su Congregación. Que hay que rechazar ciertas preocupaciones poco brillantes que se les encomiendan. Que hay que producir movimientos contra sus superiores. Que se puede ir siempre a hacer visitas sin pedir permiso a nadie. Que pueden aceptar toda clase de invitaciones y aprovechar esas ocasiones para salir de casa… y otras cosas semejantes.

Entonces se adelantó un cuarto demonio y exclamó: – Esos medios que han propuesto resultan bastante inútiles, porque los superiores los pueden despedir a los rebeldes. Es verdad que algunos se dejarán deslumbrar por el deseo de tener una exagerada libertad, pero ya verán que la mayor parte de estos religiosos se mantendrán fieles al cumplimiento de su deber. Yo les propongo un medio cuya peligrosidad que estos hombres no serán capaces de descubrir tan fácilmente. Consiste en CONVENCERLOS DE QUE LO MÁS IMPORTANTE ES LLEGAR A SER MUY INSTRUIDOS, que su principal gloria será el lograr ser personas de mucha ciencia. Y para eso hay que convencerlos de que estudien mucho para adquirir fama, y no para lograr hacer gran bien a las almas o para ser más Santos. Que se instruyan para provecho propio y no para provecho del prójimo que necesita de su apostolado. Hay que llevarlos a que desprecien a los que no son muy instruidos y que les interese la ciencia solamente, y no el ejercer el ministerio sacerdotal y el apostolado que tiene que hacer un buen religioso. Que no les guste enseñar catecismo a los niños, ni dar clases a los pobres, ni pasar largas horas en el confesionario. Que se dediquen solamente a predicaciones en las cuales puedan lucir todo su orgullo y conseguir alabanzas de las personas humanas, pero no a las sencillas predicaciones en las cuales ayuden en verdad a la salvación de las almas.

Esta proposición fue recibida con grandes aplausos por todos los diablos. Y yo me puse a pensar con tristeza que a nuestra Congregación (y a muchas otras) puede llegar al terrible peligro de que algunos crean que lo verdaderamente importante es ser muy instruidos y adquirir fama de brillantes ante los demás, y mientras tanto descuiden sus deberes de sacerdotes y de religiosos, esos deberes sencillos y humildes de enseñar catecismo, de confesar, de predicar de manera fácil al pueblo ignorante y de dedicarse a labores de apostolado que no brillan ante los ojos humanos pero que sí tienen un gran valor ante los ojos de Dios.

Y yo pensaba: ¡qué peligro tan grande el que nos puede venir: que los nuestros deseen solamente la ciencia que hincha y enorgullece y que proporciona alabanzas de la gente, y que esto los lleve a despreciar los buenos consejos de aquellos a los cuales consideran inferiores a ellos en el saber! De pronto uno de los diablos me vio escondido allá en un rincón escuchándoles y entonces todos ellos se lanzaron contra mí tratando de destrozarme. Yo empecé a gritar: ¡Auxilio! ¡Auxilio! Y… me desperté muy emocionado y muy cansado.

142. El futuro de algunos salesianos 1885 (MB. 17,333).

Otros avisos del Cielo.

En la noche del 1o. de diciembre de 1885 el seminarista Viglietti se despertó asustado al oír gritos que salían de la habitación de Don Bosco. Corrió hacia allá y encontró al Santo que decía: – ¡Ay de mí. Ay de mí! ¡Auxilio! ¡Auxilio! Viglietti le preguntó:- ¿Don Bosco, se siente mal? Y él, despertándose, le respondió: – Es que estaba casi ahogado por cosas que estaba soñando y que me fatigan.

Y al día siguiente mientras desayunaba narró cuál era la causa de sus gritos: – Durante cuatro noches he visto en sueños una larga fila de salesianos llevando cada uno un cartel con un número. En uno se leía 70, en otros 62, en otro 30. y cada salesiano iba y se sentaba sobre una tumba. Y allí pude ver muchos detalles acerca de la fecha y el sitio y las circunstancias de la muerte de cada uno. Yo asustado gritaba y esos gritos me dejaban los pulmones destrozados.

Nota: Muchos años después de la muerte del Santo, un salesiano escribió un libro titulado: “Cada día con Don Bosco”, y allí señala más de 40 casos de salesianos a quienes Don Bosco les dio datos misteriosos acerca del cuándo y el modo de su muerte.

Comparando los datos de sus Cartas Mortuorias con lo que ellos habían contado en vida que Don Bosco les había anunciado, se encuentra una precisión maravillosa. Es que sus sueños eran verdaderos anuncios del futuro.

143. Las fieras con piel de cordero 1885 (MB. 17,335).

El 1o. de diciembre vi en sueños un gran rebaño de corderos y ovejas que representaban a muchos que trabajaban en nuestra comunidad. Me acerqué para saludarlos pero me di cuenta de que esa piel de cordero era una especie de cobertura o disfraz que ocultaba a unos tigres, leones, perros rabiosos, cerdos, panteras y osos, y que cada uno tenía junto a sí a un monstruo infernal.

Un grupo de aquellos monstruos infernales estaba tramando un plan contra nuestra Congregación y decían: – ¡A los salesianos hay que acabarlos, hay que exterminarlos! En ese momento me vieron allí cerca y se lanzaron contra mí para destrozarme. Yo grite pidiendo auxilio y entonces el secretario Padre Viglietti entró en mi habitación y me encontró sentado en la cama, muy angustiado y muy cansado.

Sobre ese grupo de disfrazados de corderos vi un letrero que decía: “Se han hecho semejantes a las bestias”.

(Y al decir estás últimas palabras, el Santo inclinó la cabeza y lloró). Su secretario el Padre Viglietti le dijo: – Padre amado: nosotros le seremos siempre fieles. No seremos fieras disfrazados de corderos.

Don Bosco añadió: – En estos sueños vi también que dos de los nuestros no celebrarán este año la Navidad en esta tierra. (Y en efecto, en ese diciembre murieron allí en la casa salesiana Antonio Guarino y Esteban Pisano).

– Ah, si yo pudiera ir a las casas salesianas y decirles a los que están en pecado: ¿Por qué no confesarse? ¿Por qué no hacer las paces con Dios? ¿Por qué no obtener el perdón de Nuestro Señor? Ah, si pudiera ir donde cada uno y decirle: ¡Rompa ese hielo que tiene para con Dios. Arregle las cuentas de su alma! En este sueño vi también a muchos que se harán religiosos, pero luego se retiraran porque amaran más al mundo que la santidad. Y vi quiénes sí cumplen los reglamentos de nuestra comunidad, y quienes no los cumplen.

144. Un joven extraño 1886 (MB. 18,26).

La noche del 23 de enero de 1886, Don Bosco despertó con sus gritos soñando, a su secretaria que dormía en la habitación vecina. Al día siguiente el Padre Viglietti le preguntó por qué gritaba y el Santo le respondió: – Es que en sueños veía a un joven deforme, extraño y repugnante que daba vueltas por mi habitación. Yo trataba por todos los medios de que se alejara y se fuera pero no se quería dejar expulsar de allí. Entonces como no se quería ir le dije: – Mire que si no se va de aquí me voy a ver obligado a pronunciar una palabra sonora que nunca he dicho en mi vida.

Y como no aceptaba salirse de la habitación le grite una palabra bien sonora (¡carroña, asqueroso!) y en ese momento…

me desperté.

Y el Santo concluyó este relato poniéndose colorado y añadiendo: – Jamás he dicho semejante palabra a nadie en mi vida. ¿Y me toca decirla ahora en sueños? Y sonreía.

Nota: Jamás alguien oyó de los labios de Don Bosco una palabra menos digna u ofensiva. Su hablar fue siempre amable y supremamente respetuoso con todos. Quizás se cumple aquí lo que dice San Agustín: “Cuando el diablo no logra ciertas actuaciones, cuando estamos despiertos, trata de obtenerlas cuando estamos dormidos”.

145. Dos sacerdotes en la catedral 1886 (MB. 18,26).

El 25 de febrero de 1886 Don Bosco narró a sus amigos: Soñé que entraba a la catedral de Turín y que veía allí a dos sacerdotes que tenían un comportamiento no muy respetuoso en la Casa de Dios. Uno de ellos tenía el sombrero puesto y me atreví a decirle: – Perdone, pero si no tiene el suficiente respeto al sitio Santo, y no teme escandalizar y dar mal ejemplo a los demás, por lo menos téngase respeto y consideración a sí mismo.

 

Quítese el sombrero.

El sacerdote respondió: – ¡Tiene usted razón! Y se quitó el sombrero.

Yo sonreí muy contento y… me desperté.

Nota: Quizás lo que más interesaba en este sueña era el mensaje de que si no se teme irrespetar el sitio donde uno está y no se teme dar mal ejemplo y escandalizar, por lo menos habría que evitar ciertos comportamientos por el respeto y la consideración que cada cual se debe a sí mismo.

146. El Viacrucis 1886 (MB. 18,33).

Soñé que un personaje se me presentaba y me decía: – Predique a la gente acerca del Viacrucis.

Y me llevó a una plaza llena de gente y allí les hable acerca de las 14 estaciones del Santo Viacrucis, o camino hacia la cruz. Les explique cómo en el Viacrucis vamos recordando lo que le sucedió a Jesús durante las últimas horas de su vida terrenal (desde la oración en el Huerto el jueves Santo por la noche, hasta su sepultura el viernes Santo al atardecer).

Y soñé que al terminar de hablar aquellas gentes me pidieron que les explicara una por una las 14 estaciones del Viacrucis.

Yo les expliqué cómo Jesús que fue el primero en recorrer el Santo Viacrucis, nos propone también a nosotros que lo vayamos recorriendo, y lo dice con estas palabras: “Si alguno quiere ser mi discípulo, que se domine a sí mismo, tome cada día la cruz de sus sufrimientos y me siga”.

Los oyentes me pidieron que les explicara el Viacrucis con ejemplos. Entonces les fui explicando cómo en esta práctica piadosa se van recordando los sufrimientos que Jesús padeció en su pasión y muerte para salvarnos.

Le gente me pedía que repartiéramos Viacrucis impresos en libritos y yo me fui a buscar a unos sacerdotes salesianos para que me ayudaran en esta obra y mientras los buscaba afanosamente… me desperté.

Nota: La vida de San Juan Bosco en este año 1886 era un verdadero Viacrucis o camino hacia la cruz, pues su salud era terriblemente deficiente y sus preocupaciones y trabajos muy grandes. Pero nunca perdía su serenidad y amabilidad. Él sabia muy bien que cuanto más sufría en esta tierra, más semejante se hacia al Divino Redentor y más alto puesto se ganaba para el Cielo. Pero repetía frecuentemente: “Recordemos que lo que nos hace conseguir premios no son los sufrimientos, sino la paciencia con la cual soportamos los sufrimientos que nos llegan”.

Durante toda su vida recomendó a las gentes que le escuchaban, que rezaran el Santo Viacrucis, especialmente en Cuaresma (los 40 días anteriores a la Semana Santa) y en su devocionario llamado: “El joven instruido”, del cual editó más de dos millones de ejemplares, publicó un bello Viacrucis con gráficos y hermosas oraciones. Él personalmente hizo infinidad de veces el Viacrucis.

147. Sueño con mamá Margarita en I Bechi (MB. 18,34).

El 1o. de marzo de 1886 nuestro Santo narró lo siguiente: Soñé que estaba en el campo donde nací, en I Bechi. Mi Madre Margarita con una vasija en la mano estaba junto a la fuente y sacaba agua sucia echándola en una vasija. Aquella fuente había dado siempre agua purísima y ahora daba agua turbia, y mi madre estaba por eso muy admirada y exclamó: “Ahora nos tocará pagar el agua que bebamos”.

– Explícales estas palabras a tus sacerdotes y verán que sí se van a cumplir.

Luego me llevó a un sitio elevado y me mostró los pequeños caseríos de alrededor, por ejemplo: Capriglio (el pueblo donde nació mamá Margarita) y Butigliera y me dijo: – ¿Por qué no fundar aquí alguna obra? ¿Es que estas gentes no valen tanto como las de Patagonia? – Sí mamá, pero es que yo quiero hacer el bien aquí y también allá en Patagonia.

– Bueno, si es así, estoy de acuerdo.

Y al ver que mi madre se iba a alejar… me desperté.

Más tarde las aguas que nacían en la fuente de I Bechi se hicieron impotables y hubo que instalar el acueducto oficial y pagar cada mes las aguas que allí se toman.

En la altura donde estaba la casa natal de San Juan Bosco se construyó 50 años más tarde, según el deseo de Mamá Margarita (expresado en este sueño) un gran Colegio Industrial para jóvenes de los alrededores. El Instituto Semeria, y allí pueden ir a estudiar los jóvenes de Capriglio, Butigliera y demás pueblos vecinos. Así se ha demostrado que los paisanos de Don Bosco son tan importantes para los educadores salesianos como los de la Patagonia y demás misiones.

148. Viaje desde Valparaíso, Chile hasta Pekín, China 1886 (MB. 18,72).

La noche del 9 de abril de 1886 soñé que subía a un pequeño monte desde el cual se observaba una inmensa selva y muchos cultivos y oí el griterío inmenso de una cantidad incontable de niños. Y vi venir un grupo enorme de jovencitos que corrían hacia mí y me decían: – ¡Te hemos esperado tanto! Te hemos esperado mucho tiempo. Pero ahora estás con nosotros y no dejaremos que te vayas.

Yo no comprendía qué significaba aquello pero en ese momento apareció un inmenso rebaño de corderos guiados por una pastorcilla, la cual me dijo:

 

– Mira lo que tienes enfrente y recuerda tu sueño de los 9 años.

Y llamando a los jovencitos para que se acercaran a mí, añadió: – Miren hacia lo lejos y verán lo que espera para el futuro.

Y uno de los jóvenes exclamó: – Veo un letrero que dice: Valparaíso, Chile.

Y otro añadió: – Veo otro letrero que dice: Santiago, Chile.

La pastorcilla dijo: – Ahora miren hacia el otro lado y verán el camino que hay que recorrer.

Entonces los jovencitos mirando hacia lo lejos gritaron: – Leemos un letrero que dice: Pekín, China.

Entonces vi allá una inmensa ciudad.

Y la pastorcilla me informó: – si trazas una línea desde Valparaíso, Chile, hasta Pekín, China, pasando por el centro de África, tendrás el recorrido que harán en lo futuro tus salesianos evangelizando.

Yo le respondí: – Pero las distancias son inmensas y los salesianos son pocos.

Ella me contestó: – No te afanes ni te preocupes, ¿Ves allá? Hay 50 misioneros salesianos ya preparados. Y mucho más allá hay muchos misioneros más. ¿Y qué estás viendo en esa línea que va desde Chile hasta el África? – Veo que dice Centros de misión.

– Bien, esos centros de misión serán casas donde se prepararán los misioneros salesianos que va a ir a trabajar en esas regiones. Y ahora si vuelves a mirar a la línea que va desde África hasta Pekín, verás otros 10 centros de misión. Y esas 10 casas proporcionarán misioneros a todas esas regiones.

 

Mira: Hong Kong, Calcuta, Madagascar. En todas esas ciudades y muchas ciudades más habrá casas salesianas, colegios y noviciados. Yo le pregunté afanado: – ¿Y cómo conseguir misioneros para tantas casas y misiones? – Para eso es menester que emplees toda tu buena voluntad y que les digas y les recomiendes a tus discípulos que cultiven y cuiden mucho la Santa virtud de la pureza la virtud de María.

– Muy bien. Me parece haber entendido. Les repetiré esas palabras que has dicho.

Ella añadió: – Y cuídate para no cometer el error de mezclar a los que estudian las ciencias religiosas, con los que se dedican a estudiar las ciencias mundanas. Los que se dedican a estudiar las ciencias divinas no deben mezclarse con los que se dedican a estudiar las ciencias mundanas.

Yo quería haberle otra pregunta, pero en eso momento la visión desapareció: Explicación: Cuenta Monseñor Cagliero que al llegar a Chile en 1887 (el año siguiente de este sueño) en una recepción, dijeron estás palabras: ¡Hace dos años que rezamos y suspiramos para que Don Bosco nos envíe sus salesianos.

Y Monseñor Fagnano dice que al llegar a Valparaíso, salieron más de doscientos niños a recibir a los salesianos y exclamaban: – ¡Por fin han llegado nuestros padres! ¡Desde mañana ya podemos ir a estudiar! Y que un grupo de jovencitos de otro sitio de Chile exclamaba: – Las niñas tienen hermanas que las eduquen. ¿Por qué nosotros no podemos tener padres salesianos que nos enseñen? ¿Cuándo será que nuestro Padre Don Bosco nos envía sus religiosos? (Se repetía lo que oyó Don Bosco en el sueño: “Te hemos esperado tanto”).

En el año de este sueño, 1886, Don Bosco tenía 600 salesianos, y sus casas religiosas estaban en muy pocos países. Ahora sus salesianos son 17,000 en 105 países. Las diez casas de formación de religiosos que vio entre Chile y África y las otras diez que vio entre África y Asia ya existen (y en ese año no había nada de esto todavía por allí).

El cumplimiento de este sueño ha sido sorprendente. En todas las ciudades donde vio casas de su comunidad, ya las hay ahora y en muchas más. Las casas salesianas en el mundo son 1,300.

Y la Divina Pastora, la Virgen María, sigue llevando miles y miles de jovencitos a las Casas de Don Bosco en todo el mundo.

149. Soñando con el Oratorio 1886 (MB. 18).

El 25 de abril de 1886 estando Don Bosco en Barcelona, España, vio en sus sueños a sus alumnos del Oratorio de Turín, Italia. Y notó que el Padre Lemoyne invitaba a los alumnos de los dos cursos superiores parea que asistieran a una conferencia religiosa, y que muchos de ellos no quisieron asistir. Luego bajó en sueños a la Iglesia de María Auxiliadora mientras se celebraba allí la Santa Misa y vio que las comuniones de los alumnos habían disminuido mucho. Y observó también que muchos jóvenes que debían presentarse a hablar con el superior no lo hicieron.

Al día siguiente hizo escribir esto a Turín y avisó que al volver a esa ciudad llamaría a los jóvenes y le diría a cada uno cómo lo había visto en este sueño.

150. Ricos que llegan a ser pobres 1887 (MB. 18,169).

El 9 de agosto de 1887 Don Bosco narró el siguiente sueño: Vi en sueños que muchos dueños de fincan buscaban pastos para sus animales y no los encontraban. Y decían: – ¿Qué haremos que no hay con qué alimentar los ganados? Y otros respondían: – Tendremos que matar el ganado y comernos la carne. Como en tiempos de José en Egipto, aquí las vacas flacas devoraran a las vacas gordas.

Luego vi unas maletas muy bien cerradas que nadie lograba abrir. Al fin pude abrir una de ellas y estaba totalmente llena de dinero. Y una voz me dijo:

 

– Es el dinero de los ricos que pasara a los pobres, mientras que los ricos no lo podrán emplear. Muchos ricos perderán lo que tienen y serán expropiados.

Nota: Había aquí avisos de sequías y veranos muy grandes que iban a llegar a los agricultores y ganaderos, y la reafirmación de una verdad que Don Bosco iba predicando en esos años de ciudad en ciudad: “Si los ricos no comparte voluntariamente con los pobres repartiendo generosamente con ellos sus riquezas, un día violentamente les quitaran lo que poseen. Lo que podrían dar por las buenas (ganando así mucho premio para el Cielo) y no lo quieren dar, lo perderán un día por medio de la violencia, pero ya sin méritos ni premios para el eternidad”. Y la historia de las revoluciones y de los continuos secuestros de ricos ha venido demostrando que sí se cumple este penoso aviso.

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