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HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA

​CAPÍTULO 19 "LA IGLESIA DE GUATEMALA DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1. La Iglesia frente a la independencia de España

Desde 1812 hasta 1824 se vive en América Latina un periodo de efervescencia emancipadora de la dominación española y portuguesa. Por todo el continente surgen movimientos que tratan de lograr la independencia. Los territorios del Norte ya se habían independizado de Inglaterra.

En este movimiento hubo muchos sacerdotes y religiosos. Era gente culta y, por su labor pastoral, unificaba a las masas. Casi todos eran criollos (descendientes de españoles). Los campesinos e indígenas pusieron su confianza en ellos. Sin embargo, el trabajo de evangelización se quedó bastante estancado por la entrega del clero a la lucha de la independencia. En México, los sacerdotes Miguel Hidalgo y José María Morelos fueron los dos principales líderes de la independencia. En Guatemala, el Padre José María Castilla organizaba las reuniones independentistas en el Convento de Belén, en la Capital.

Enterado el papa Pío VII de la participación del clero en este movimiento, envió una carta -la Ipso longissimo-, en 1816 a los obispos de América Latina, exigiéndoles que no permitan que los sacerdotes apoyen el movimiento insurgente. Decía el Papa: "Hemos creído propio de las apostólicas funciones el excitaros a no perdonar esfuerzos para desarraigar y destruir completamente la funesta cizaña de alborotos y sediciones que el hombre sembró en esos países...". El Papa pide a los obispos que demuestren a los fieles "los terribles y gravísimos perjuicios de la rebelión" y a presentar ante sus ojos "las ilustres y singulares virtudes de nuestro carísimo hijo en Jesucristo, Fernando nuestro rey católico, para quien nada hay más precioso que la religión y felicidad de sus súbditos" (Juan Germán. Obras. Tomo II, p 132-134).

Los obispos, siguiendo estas orientaciones del Papa y por el mismo hecho de ser nombrados por el rey, estuvieron prácticamente todos en contra de la independencia y a favor del rey de España. Así lo hizo el arzobispo Casaus y Torres de Guatemala, quien poco después de la independencia fue expulsado del país y exiliado en Cuba. En verdad la independencia no la realizaron los indígenas sino los criollos. El pueblo indígena siguió tan esclavizado antes como después de la independencia. Sólo cambió de dueño. "La independencia de las naciones de América Latina -y Guatemala-, fue realizada por los criollos para no tener que compartir con el Rey de España el fruto de la explotación de los indígenas y de estas tierras riquísimas. El pueblo siguió permaneciendo en circunstancias lamentables de opresión y de ignorancia" (Carta de los Obispos de Guatemala "500 años sembrando el Evangelio", 1.2.2).

Poco después de la Independencia, el gobierno liberal de Francisco Morazán emprendió la primera persecución violenta contra la Iglesia. Expulsó al arzobispo Casaus y a numerosos sacerdotes, religiosas y religiosos y se apropió de muchos bienes de la Iglesia.

Durante el gobierno conservador de Rafael Carrera, quien se confesaba católico, pero en realidad sólo era un gran dictador, la Iglesia vuelve a recuperar privilegios. Sin embargo, el Presidente "quiso utilizarla para hacer crecer su poder y dominar más la escena política".

2. La Reforma Liberal de Justo Rufino Barrios

El 30 de junio de 1871, Justo Rufino Barrios toma el poder y realiza la llamada "Reforma Liberal", que no fue más que una dictadura. Trata de ladinizar el país, despoja a los indígenas de las tierras que tenían en comunidad, para entregárselas a sus amigos ricos. Así nació la nueva clase social de los cafetaleros e implantó el sistema capitalista.

Barrios desató una fuerte persecución contra la Iglesia. Fueron expulsados de Guatemala el Arzobispo y todos los religiosos y religiosas. El país se quedó sin sacerdotes ni religiosas. Además, "todos los bienes de la Iglesia fueron robados, algunos edificios para convertirse en cuarteles y las tierras para enriquecer más a la nueva clase emergente de ricos terratenientes amigos de los tiranos. Igualmente fue un momento de nuevo empobrecimiento de los indígenas. Sus tierras comunales fueron usurpadas para convertirlas en grandes fincas de agroexportación. Esta grave injusticia y violación a los derechos humanos perdura hasta el día de hoy" (Carta de los Obispos de Guatemala "500 años sembrando el Evangelio", 2.2.2).

Además, Rufino Barrios abre las puertas de Guatemala a los protestantes de Estados Unidos. Por primera vez entran los protestantes a nuestro país. Tenía muchos intereses económicos y políticos por medio. Más aún, Barrios ordenó destruir los catecismos que existían en las diferentes lenguas mayas, desde los tiempos de fray Bartolomé de Las Casas. Fue un duro golpe al proceso de inculturación.

3. Las Cofradías y Hermandades. Iniciativa de los laicos

La persecución y hostilidad contra la Iglesia católica se prolonga durante los gobiernos liberales siguientes. De los 60 años que duró esta etapa (1871 a 1930), 30 de ellos Guatemala permanece sin arzobispo. Los sacerdotes fueron reducidos a una mínima expresión.

Ante el hostigamiento que sufría la Iglesia por parte de los gobiernos de turno, y ante la falta de sacerdotes y religiosas, las comunidades campesinas e indígenas, comienzan a reproducir, por propia iniciativa, esquemas religiosos aprendidos. En este tiempo toma fuerza la religiosidad popular, conducida y diseñada por los líderes laicos. Así fueron llenando el vacío que había dejado la salida del país de los sacerdotes, religiosos y religiosas. El pueblo, comienza a reorganizar la Iglesia y a celebrar la fe desde la dura realidad que vivía.

En esta iniciativa religiosa, destacaron las Cofradías, Hermandades y Asociaciones, que comenzaron a desempeñar funciones realizadas anteriormente por los sacerdotes. Las Cofradías, fundadas en la época colonial, se transformaron en un espacio de participación del pueblo, y también en un poder religioso, social e incluso político: cuidaban el templo parroquial, recibían en casa las imágenes de los santos, aseguraban los deberes rituales de la comunidad por medio de fiestas, cuidaban el orden social y administrativo de la comunidad, impartían justicia...

Es así cómo los laicos y laicas fueron tomando protagonismo en la vida de la Iglesia. Vinculada estrechamente a la Cofradía, se encontraba la "Costumbre", que consistía en una serie de creencias y prácticas religiosas heredadas de las tradiciones mayas precolombinas. La Cofradía, cuyo origen se encuentra en la primera evangelización católica, y la "Costumbre" en la tradición maya, se encuentran en un cuerpo de símbolos y ritos religiosos comunes, que dan sentido a la vida del pueblo indígena.

Fuente: "Historia de la Iglesia Católica" -25 Edición- Fernando Bermúdez. Diócesis de San Marcos, Guatemala. Editorial Católica Kyrios. Autorizado por: Monseñor Álvaro Leonel Ramazzini Imeri, Obispo de San Marcos.

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