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HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA

​CAPÍTULO 17 "EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras en Europa soplaban los vientos de la Reforma Protestante y de la división religiosa, en el siglo XVI, los españoles y portugueses conquistaban el continente americano, desde la mitad de lo que hoy es Estados Unidos hasta las tierras del sur de Argentina.

Después de ochocientos años de lucha, los reyes "cristianos" derrotaron y expulsaron de la península Ibérica a los musulmanes. Después de la conquista de los reinos de Murcia y Granada, otra vez España pudo unir su imperio con la religión católica, como en el tiempo de los reyes visigodos.

En la conquista de América, los "cristianos" españoles y portugueses tenían la misma mentalidad de lucha contra los "infieles", pero ahora ya no eran los musulmanes sino los "indios".

Junto con los conquistadores (soldados, aventureros y reos de las cárceles), vinieron también misioneros franciscanos, dominicos y mercedarios. El papa concedió al rey de España el Patronato, es decir, el derecho de posesión de todas las tierras conquistadas y la obligación de cristianizarlas. La primera evangelización de América Latina constituye un ejemplo claro de la eclesiología romana medieval, ratificada en parte por el Concilio de Trento.

Los reyes y conquistadores se aprovecharon de los documentos del papa para apoderarse de las tierras indígenas y hacer la guerra a los que ofrecían resistencia. Los misioneros llegaron uniendo la cruz a la espada del conquistador. Pero pronto, entre los misioneros, surgieron dos tendencias en el método de evangelización:

1. Evangelización conquistadora

Hubo misioneros que estaban identificados con el grupo dominador. Su religiosidad respondía a la Edad Media y al concilio de Trento. Veían al indígena, al negro, a la mujer, al pobre como inferiores y sin ningún derecho.

Esta evangelización se remonta a la conquista: cuando leían el documento del Requerimiento (así se llama, porque comenzaba diciendo "se requería"). Mediante este documento se llamaba a los indios para que aceptaran pacíficamente "a la Iglesia como señora del universo, al papa su autoridad suprema y al rey de Castilla como señor de estas tierras".

Se les hacía saber que si aceptaban el Requerimiento, se les "recibiría con todo amor y caridad", pero si lo rechazaban "se les sometería, con la ayuda de Dios, al yugo y obediencia de la Iglesia y se les haría esclavos". No había otra alternativa: o someterse o sufrir la violencia de las armas.

Las religiones de los indígenas eran concebidas como obra del demonio. Así decían: "Lo que vosotros adorábais y honrábais por dioses son diablos y malos enemigos de Dios. Los cuales este gran Dios que os predicamos echó de su casa. Estos ángeles malos son los que os han engañado y os han hecho entender que eran dioses y hacían que los adorábais y les haciérais templos" (Manuel Gracio Das Neves. La liberación como proyecto de libertad, p.216).

En este sentido, fray Diego de Landa, obispo de Mérida (Yucatán) ordenó quemar cuantos códices mayas encontró por considerarlos obra de satanás.

Estos misioneros predicaban la "obediencia y el respeto al encomendero".

¿Cómo se entendía la Iglesia?

  • Una Iglesia jerárquica y autoritaria, con superiores y súbditos, muy clerical.

  • Una Iglesia aliada con el Estado conquistador. Bautizaba a la gente a través del Requerimiento y las Encomiendas.

  • El misionero es funcionario de la Corona (rey de España). Está al servicio del gobierno.

¿Cuál era el contenido de la enseñanza?

  • Quien no pertenece a la Iglesia católica, apostólica y romana está condenado a la pena eterna.

  • Fuera de la Iglesia no hay salvación. Es por eso que la religión cristiana se hace superior a cualquier otra religión, porque es indispensable para la salvación eterna.

  • Si los indígenas no se convierten al Dios cristiano y a su Iglesia, serán condenados al infierno por la eternidad.

Esta evangelización busca una Iglesia uniforme: único idioma, única forma de celebrar la liturgia, única forma de trabajar... No le interesa promover al indígena desde su realidad cultural. Esto es un reflejo y proyección de la Iglesia de la Edad Media.

2. Evangelización inculturada y liberadora

Al lado de la evangelización conquistadora, se desarrolla la evangelización liberadora, impulsada por misioneros conscientes de la presencia de Dios en la vida de los hombres y mujeres: indígenas y españoles, negros y portugueses. Es de señalar que estos misioneros rompieron con los esquemas tradicionales de evangelización.

Denunciaron con fuerza el mal trato que los conquistadores y colonos daban a los indígenas y exigieron al gobierno de España que se cumpla la ley, que prohibía la esclavitud.

Ante este mal trato dado a los indígenas, el papa Paulo III, se pronuncia en la Bula "Sublimis Deus" (Dios sublime), del 2 de junio de 1537. El Papa deja claro que los indígenas son capaces de su libertad, no deben ser reducidos a esclavitud y deben ser admitidos en la Iglesia como cristianos, porque son personas humanas.

Lo primero que hicieron estos misioneros fue aprender la lengua de los indígenas. El sacerdote José de Acosta, en Perú, influyó para que esto se impusiera como una obligación a los religiosos que trabajan entre los indígenas. Ya aparece aquí un pequeño rasgo de inculturación: asumir la lengua.

Hay que hacer notar que entre inculturación y liberación existe una relación muy estrecha. No puede haber una evangelización liberadora que no lleve a la inculturación, como tampoco puede haber una evangelización inculturada que no busque la liberación integral de la persona.

¿Qué enseñanza impartían? Presentan a un Dios que es de todos los pueblos y culturas, misericordioso, que camina con su pueblo y que ama a la humanidad, un Dios que "no hace acepción de personas", como dice el apóstol Pedro.

La evangelización la realizan de una forma pacífica. Motivan a la persona para que acepte libremente el Evangelio de Jesucristo. Primero trataban de lograr que los indígenas se desarrollen como personas humanas y después como cristianos. Respetaban la libertad de conciencia, nunca hacían cristianos por la fuerza.

En su predicación, se dirigen no sólo a los indígenas sino también a los conquistadores, colonizadores y encomenderos, a quienes denunciaban por la forma escandalosa de vivir el cristianismo, pues sólo les interesaba la riqueza, a costa de explotar a los indios. En su predicación, se dirigen no sólo a los indígenas sino también a los conquistadores, colonizadores y encomenderos, a quienes denunciaban por la forma escandalosa de vivir el cristianismo, pues sólo les interesaba la riqueza, a costa de explotar a los indios. "Los conquistadores sólo piensan en enriquecerse", señalaba fray Francisco de Vitoria.

El criterio de su evangelización es la justicia y la fraternidad. Trataron de que los indígenas conocieran a Cristo y tuvieran un encuentro personal y comunitario con Él, respetando su lengua y toda su cultura. El misionero Vasco de Quiroga, decepcionado del cristianismo que se vivía en Europa y, descubriendo el sentido comunitario de los pueblos indígenas de Michoacán (México), trató de reconstruir entre ellos el estilo de vida de las primeras comunidades de la Iglesia.

Estos misioneros buscaban, a través de la evangelización, formar una Iglesia pueblo de Dios, en donde cada uno encuentre su lugar y se respeten tanto al indio como al europeo.

¿Qué influyó en esta evangelización liberadora?

Por una parte, la sensibilidad humana y cristiana de algunos misioneros frente a la brutalidad y salvajismo con que los conquistadores trataban a los indios. En 1511, fray Antonio Montesinos predicaba ante los conquistadores en Santo Domingo: predicaba ante los conquistadores en Santo Domingo: "He subido a este púlpito para hacernos saber las faltas cometidas contra los indios... Estáis en pecado mortal por la crueldad y tiranía que usáis contra estas inocentes gentes, a las que matáis por sacar y adquirir oro cada día".

Por otra parte, influyó también las enseñanzas de fray Francisco de Vitoria. Era profesor y jurista de la Universidad de Salamanca (España). Allí se hizo eco de la voz de los indígenas, denunciando los malos tratos de los colonizadores. Entre los principios constitucionales de la alternativa de Vitoria, destaca:

  • "Indios y españoles son fundamentalmente iguales en cuanto personas humanas".

  • "Los indios son verdaderos dueños de sus bienes, al igual que los cristianos, y no pueden ser desposeídos de ellos por razón de su atraso".

  • "El consentimiento mutuo y la elección libre de los indios constituye, en última instancia, el título primero de intervención y de gobierno".

  • "Los indios no podrán ser obligados a convertirse al cristianismo contra su voluntad. Y por tanto, no podrán ser sancionados por resistirse y negarse a someterse a la religión llevada por los españoles".

Dentro de la corriente inculturada y liberadora destaca el Nican Mopohua, o evento de Guadalupe, escrito, "según parece, en el Seminario de Santa Cruz de Tlatelolco en México" (1537-1575). "Según algunos historiadores, como Joaquín Gracía Icazbalceta (1858), el relato de Guadalupe fue escrito por el sacerdote Miguel Sánchez en 1658 y traducido al nahuatl un año después por Lasso de la Vega, con el título Nican Mopohua".

Sea como fuere, lo importante es que Sea como fuere, lo importante es que "En él, a partir de un símbolo cristiano, que ya había pasado por la inculturación española-morisca, se reelaboran las creencias indígenas mostrando su perfecta armonía con los contenidos fundamentales del Evangelio de Cristo. En la Virgen Morena del Tepeyac se reconcilian maravillosamente los dos mundos religiosos que la conquista había contrapuesto" (Eleazar López. CENAMI, México, 1999).

 

3. Fray Bartolomé de las Casas

Bartolomé de Las Casas nació en Sevilla (Andalucía). Llegó a la isla de Santo Domingo como sacerdote encomendero. Un sermón de fray Antonio Montesinos y la lectura del Eclesiástico: "Privar al pobre de su salario es matarlo", le hizo cambiar. El Espíritu sopló y él respondió. En 1514 se convierte en el defensor incansable de los indígenas. Se hace dominico e inmediatamente comienza a evangelizar en Guatemala, invitado por Francisco Marroquín. Evangelizó en las Verapaces, Quiché, Huehuetenango y Chiapas. Aprendió siete lenguas mayas.

Fray Bartolomé de Las Casas consigue del rey Carlos I la promulgación de las Nuevas Leyes, en las que se establecía la prohibición de la esclavitud de los indígenas, la supresión de las encomiendas y la servidumbre personal en toda Hispanoamérica.

La reacción de los encomendados fue fulminante: Escriben al rey tratando a Bartolomé de "Fraile envidioso, vanagloriado y loco". No obstante, fray Bartolomé es nombrado obispo de Chiapas. Allí advierte con valor profético a los conquistadores y colonos que "nadie puede recibir la absolución de sus pecados si no concede libertad a los esclavos indígenas". La respuesta fue un levantamiento de los encomenderos que pretendían matarlo, y le dicen: "Sois un bellaco, un mal fraile, un mal obispo y merecéis un severo castigo".

Las autoridades coloniales expulsan de Chiapas a fray Bartolomé y lo mandan a España, donde lo tienen marginado. Pero el incansable obispo, cuando tenía ya 92 años, todavía escribió al papa Pío V en favor de los indígenas. Le dice: "Pido la excomunión para todo el que haga la guerra a los indígenas". Tres meses más tarde muere en Madrid fray Bartolomé de Las Casas. Era el año 1566.

4. Los Padres de la Iglesia de América

El testimonio de fray Bartolomé de Las Casas, el mal trato que los colonos seguían dando a los indígenas y la presión de las autoridades coloniales para controlar a la Iglesia, despierta en muchos obispos-misioneros una actitud firme en la defensa de los derechos de los indígenas.

Sobresalen trece, con fray Bartolomé de Las Casas. Estos son:

  • Francisco Marroquín, primer obispo de Guatemala, insigne defensor de los indígenas y creador del Colegio Mayor.

  • Antonio Valdivieso, misionero y obispo de Nicaragüa. Denunció ante el gobernador el mal trato que los colonos daban a los indígenas. Fue asesinado por un soldado en febrero de 1550. Es el primer mártir cristiano de América.

  • Cristóbal de Pedraza, obispo de Honduras, un hombre que recorrió todos los pueblos y aldeas anunciando el Evangelio y defendiendo a los indígenas.

  • Juan del Valle, obispo de Popoayán (Colombia). Había sido profesor en la Universidad de Salamanca. Después de escuchar de viva voz el sufrimiento y la tiranía a la que estaban sometidos los indígenas, viaja a Europa para participar en el Concilio de Trento y leer un informe sobre la situación en "Las Indias". Pero muere en el camino.

  • Agustín de La Coruña, obispo sucesor de Juan del Valle en Popoayán. Denunció duramente a los colonos. En 1582, estando celebrando la Eucaristía, varios soldados entraron a caballo en la catedral, lo sacaron del altar y se lo llevaron preso a Quito (Ecuador).

  • Pablo de Torres, obispo de Panamá. No tenía sede propia, pues vivía entre los indígenas. El gobierno local y el Consejo de Indias, en 1554, lo obligan a abandonar su diócesis y lo regresan a España. Desde su encierro en un convento, lloraba y gemía por lo que estarían haciendo aquellos tiranos con sus cristianos indígenas en Panamá.

  • Fernando de Uranga, obispo de Cuba, quien vivió en constante enfrentamiento con el gobernador, defendio a los indígenas y a los negros.

  • Juan de Simancas, obispo de Cartagena de Indias (Colombia).

  • Bernardo de Albuquerque, obispo de Oaxaca (México).

  • Pedro de Angulo, obispo de las Verapaces (Guatemala).

  • Domingo de Santo Tomás, obispo de la Plata (Argentina).

  • Pedro de La Peña, obispo de Quito (Ecuador).

  • Tomás de Casillas, obispo de Chiapas (México).

Las características de estos obispos, conocidos como "obispos Lascasianos" y "Padres de la Iglesia Latinoamericana", son que:

  • Están en la línea de la evangelización inculturada y liberadora.

  • Defienden los derechos de los indígenas.

  • Se enfrentan al sistema colonial, con una actitud profética.

  • Se les conoce como "Lascasianos", porque se sitúan en la línea de fray Bartolomé de Las Casas.

  • Viven una espiritualidad profundamente evangélica. Son obispos pobres, sencillos, que amaban a su pueblo.

  • Son todos frailes dominicos, formados por Francisco de Vitoria, en Salamanca.

  • La Iglesia conservadora de España y otros obispos de América los consideraban como sospechosos.

  • Los virreyes, gobernadores y encomenderos los llamaron traidores.

  • Todos estos obispos fueron perseguidos, unos expulsados y desterrados, otros torturados y otro martirizado.

A modo de conclusión: Tanto los misioneros que se ubicaban en la corriente conquistadora como los que seguían la corriente liberadora, salvo algún caso excepcional, todos ellos estuvieron al lado del indígena y salieron en su defensa. Gracias a la Iglesia, la población indígena es hoy en Guatemala el 60% de habitantes, mientras que en otros lugares donde no estaba la Iglesia católica, como en Estados Unidos, la población indígena fue exterminada. Su delito consistió en defender a los indígenas de la tiranía del conquistador y del colono.

Fuente: "Historia de la Iglesia Católica" - 25 Edición- Fernando Bermúdez. Diócesis de San Marcos, Guatemala. Editorial Católica Kyrios. Autorizado por: Monseñor Álvaro Leonel Ramazzini Imeri, Obispo de San Marcos.

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