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HABLEMOS DEL DIABLO

Capítulo 10 - "El satanismo"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

San Juan Crisóstomo escribió: San Juan Crisóstomo escribió: "No es para mí ningún placer hablarles del demonio, pero la doctrina que de este tema resurge será para ustedes muy útil". No se trata de darle protagonismo al diablo ni de infundir miedo en ese personaje maléfico. Lo que se busca al hablar del diablo, es conocer al enemigo, su astucia, sus tretas, sus estrategias de ataque, para no dejarse sorprender y para permanecer siempre vigilantes y en oración, con la armadura de Dios, como nos indica la Palabra de Dios.

¿Adorar al diablo?

¿Es posible que alguien adore al diablo? Parece algo increíble, espantoso, y sin sentido; pero la realidad es que el "satanismo", es una escandalosa realidad de la que muchos participan. El satanismo consiste en el culto de adoración que se tributa al diablo. El que practica el satanismo, automáticamente, rechaza a Jesús y su Evangelio.

La Biblia no quiere que permanezcamos en la ignorancia con respecto al poder del diablo y a los males que nos puede causar. Jesús mismo llamó al diablo "Príncipe de este mundo" (Jn 12,31). San Pablo se refirió a él como "el dios de este mundo". San Juan afirmó sin ambages: "El mundo está puesto en el Maligno" (1 Jn 5,19). Todo esto nos está indicando que hay una esfera del mundo que está dominada por el espíritu del mal. Esto lo resaltó san Agustín en su obra "La ciudad de Dios". San Agustín, habla de dos ciudades: en una reina Dios; en la otra, reina el diablo.

San Agustín NO enseña que Dios y el diablo sean dos dioses con igualdad de poderes. DE NINGUNA MANERA. Lo que el santo de Hipona sostiene es que el diablo tiene un poder muy grande en el mundo. Tan notorio es este poder que Dios, misteriosamente, le ha permitido, que algunos de los Santos Padres más antiguos, llegaron a hablar del "Cuerpo místico" de Satanás. San Pablo a la Iglesia la llama el "Cuerpo místico de Jesús". El Señor es la cabeza y nosotros somos los miembros. El diablo es la cabeza de tantos seres humanos y espirituales, que son dominados por este ser maléfico, que llamamos Satanás.

La obra del diablo, esencialmente, consiste en tratar de destruir el reino de Dios. Por eso comienza por pervertir el corazón humano, fomenta las aberraciones sexuales, el odio, la blasfemia, la profanación de lo sagrado, los abortos, la idolatría, las injusticias sociales, la pornografía. También la magia negra, la brujería y las supersticiones por medio de las cuales aparta a los hombres de Dios para llevarlos paulatinamente a su reinado.

El satanismo siempre ha existido

La adoración a Satanás y el rechazo a Dios ha sido una constante de la humanidad. En la antigüedad, el grupo de los "Ofitas" rendían culto a la serpiente, símbolo del mal. Los "Cainitas" escogieron como bandera al asesino Caín para celebrar la actuación de los "malvados" de la historia. Comenzaron con Caín y llegaron hasta Judas. Los "Maniqueos" rendían culto a dos dioses: uno bueno y otro malo. Antes de su conversión, san Agustín pertenecía a esta secta.

En la Edad Media, los "Patarinos y Cátaros" tenían reuniones nocturnas en honor a Satanás; durante esas reuniones había exceso de obscenidades. Los "Luciferinos", en Europa, rendían culto a Lucifer, uno de los nombres del diablo. Practicaban la magia, la brujería; abundaban entre ellos los excesos sexuales y las drogas.

El Satanismo moderno se debe, sobre todo, a Aleister Crowley y a Antón La Vey. Aleister Crowley (1875-1947). Fundó en Inglaterra la secta "La estrella de plata". Se servía de las desviaciones sexuales para llegar a la concentración esotérica de lo oculto. Fundó en Cerdeña (Italia), el "Convento de Satán". Vendía un elixir para tener larga vida. En la composición química de este medicamento introducía su propio líquido seminal. La gente lo tomaba con la ilusión de tener larga vida. Aleister Crowley murió destruido por las drogas: no tuvo él mismo la larga vida, que ofrecía a sus seguidores. La secta que fundó, se difundió por Brasil, Alemania y Estados Unidos. A esta secta perteneció el famoso asesino Charles Manson que asesinó a la actriz Sharon Tates y a otros más, en la ciudad de los Los Ángeles.

Antón La Vey, nacido en 1930, en Estados Unidos, funda "La iglesia de Satán". Se le llama el "Papa negro"; vestía de negro de la misma manera que aparece el diablo en algunos cuadros. Antón la Vey escribió la "Biblia satánica", en la que se enseña toda clase de perversión. Sus grandes principios son la total permisión en lugar de la abstinencia. La venganza en lugar de "poner la otra mejilla". Toda clase de satisfacción física y emocional. En esta Biblia se lee: "Bienaventurados los fuertes porque poseerán la tierra. ¡Ay de los débiles, heredarán el yugo! ¡Ay de los que adoran a Dios, serán esquilados!"

Propiamente, Antón La Vey, era un ateo. No creía ni en Dios ni en el diablo. Así lo expone su escrito "Magic" en el que afirma: "El diablo no existe. Es un falso nombre inventado por los hermanos negros para poner una unidad en su ignorante confusión". Es por eso, que el "satanismo" de La Vey, habría que ponerlo entre comillas.

Los ritos satánicos

El satanismo cuenta con sus propios ritos, que, propiamente, son una caricatura de los ritos católicos. En sus ceremonias, hay candelas, flores, música. Hay un oficiante, que se viste al estilo de un obispo. Lleva una cruz invertida (que indica el fracaso de Jesús en la cruz). Durante el culto hay un retrato de Satanás. Se pisotea la cruz de Jesús. Se recita el "Padrenuestro" al revés. En lugar de decir: "Santificado sea tu nombre", dicen: "Maldito sea el nombre de Dios". En vez de "No nos dejes caer en tentación", repiten: "Déjanos caer en la tentación". Y así, por el estilo, invierten todo lo cristiano en su culto. Como altar ponen una mujer desnuda. El oficiante, termina teniendo una relación sexual con esa mujer. A todo esto se le llama "Misa negra". ¡DE VERAS QUE ES NEGRO Y DIABÓLICO ESTE CULTO! No por nada se llama expresamente satánico.

Durante el rito satánico se hacen pactos con el diablo. No hay que imaginar al diablo que se aparece para firmar un documento con sangre del pactante. NO. Todo es de tipo espiritual, en la mente y el corazón del satánico. Antes de un pacto, el pactante debe renegar de su bautismo, de la Eucaristía; debe pisotear la cruz y la imagen de la Virgen María; debe renunciar a los Sacramentos. Tiene que hacer juramento de no obedecer a Dios y obedecer en todo a Satanás. Tiene que ser bautizado en el nombre del diablo y recibir una marca en el muslo con el nombre del diablo. Además, debe comprometerse a robar hostias consagradas en alguna iglesia, para profanarlas.

Cómo se llega a estas situaciones diabólicas

Nadie se vuelve satánico de un día para otro. Es un lento proceso. Por lo general, las personas comienzan metiéndose en cosas de ocultismo y magia, que le abren la puerta al espíritu del mal para dominar a las personas. Viene, luego, el desenfreno de los instintos, sobre todo sexuales. Se sigue el recurso a la droga con intención de entrar en el éxtasis. A todo esto aparece el sadismo, la crueldad, los abortos, el odio cruel, la venganza, el asesinato de niños y adultos como una misión que deben cumplir en algunas oportunidades.

Después de este proceso de degradación, la persona está totalmente dominada por el maligno. Le ha abierto de par en par las puertas de su alma, y el maligno le domina terriblemente. La persona, entonces, está preparada para hacer su pacto con el diablo. Para entregarse totalmente.

Se llega a estas situaciones extremas porque varios de los satanistas creen que el hombre es mortal. Por lo tanto hay que aprovechar el tiempo en esta vida para vivir al máximo el placer, el goce espiritual y físico con mucho dinero y poder. Otros satanistas creen que Dios y el diablo tienen igual poder, y que un día, el diablo logrará vencer a Dios.

Además, existen los satanistas que creen en la reencarnación. Si aquí han llevado una vida degenerada, tienen todavía, la oportunidad en otras vidas, de ser purificados en sus maldades. Lo normal, es que entre satanistas exista una gran confusión con respecto a Dios, al diablo y el más allá. Y no puede ser de otra manera, ya que sirve a su padre, el "padre de la mentira", de la confusión.

Muchas otras cosas se podrían conocer acerca del satanismo, pero los que han investigado acerca de este tema, confiesan que se estrellan contra el "secreto impuesto", que los satanistas guardan rigurosamente, ya que han podido ver cómo los que traicionan a la secta han sido cruelmente masacrados.

Tristes consecuencias

Una mamá me contó el triste caso de su hijo de trece años. Le encontró una carta dirigida a Satanás, en la que el adolescente le entregaba su alma con la condición de que le concediera un carro último modelo. Los efectos de esta entrega no tardaron en evidenciarse. En el colegio en el que estudiaba este adolescente, comenzaron a desaparecer los objetos personales de los alumnos. Cada día había algún robo. Todos estaban alarmados. Hasta que al fin se encontró a los culpables. El hijo de la señora, que me exponía su pena, era el que había formado una "mafia" entre sus compañeros de su misma edad. Se habían organizado perfectamente y estaban actuando como ladroncitos profesionales.

Aquel adolescente, le había ofrecido su alma al diablo, y el mal espíritu ya había comenzado su obra de perversión en el corazón de aquel pobre adolescente. El satanismo se inicia cuando la persona, imbuida en un ambiente alejado de Dios, comienza a encaminarse hacia lo prohibido. Hacia lo pecaminoso. Cada vez le va dando más y más poder al demonio en su vida. Hasta que el demonio lo llega a dominar a su antojo.

Las consecuencias de los que caen en el satanismo son terribles. Una vez que el diablo domina a la persona, vienen los problemas emocionales, que desequilibran al individuo. Las personas son esclavizadas por el maligno. Algunos, en su desesperación, han enloquecido totalmente. Otros, se han suicidado. Muchos tienen su corazón lleno de odio, y sienten placer en hacer el mal a otros.

La gran tentación que el espíritu del mal pone a los que están en las tinieblas del desconcierto, por haberse alejado de Dios, es la misma que le puso a Jesús. A los alejados de Dios, el diablo les repite voz meliflua: "Si te postras ante mí y me adoras, te daré todo esto". Lo que la gente pide en su agonía existencial es dinero, poder, placer sexual. "Todo esto te daré" - repite el diablo- , pero con una condición: que te postres ante mí y me adores".

Eso es el Satanismo. No es un efecto especial de una película de Spilberg. Es algo de la vida real, que muchos están viviendo y pagando su terrible precio de angustia y tribulación. El demonio es un experto vendedor. Ofrece y fascina con lo que promete. Pero el precio que hay que pagarle es astronómico, hablando espiritualmente.

Los pactos con el diablo se cree que son sólo para las películas y leyendas; pero son muchos los que le han entregado su alma al diablo a cambio de dinero, poder, sexo erótico. La mayoría de los que practican el satanismo, un día, hicieron su primera comunión, participaron en la Iglesia de Jesús. Ahora son miembros activos de la iglesia de diablo. No es ningún cuento de terror. Es el terror mismo que están viviendo muchos satánicos, que no saben cómo librarse de la esclavitud en que los tiene su nuevo señor.

Fuente: "Hablemos del Diablo" Padre Hugo Estrada, SDB -Editorial Salesiana Guatemala 2012-Nihil Obstat-con licencia eclesiástica.

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